¿Es lo mismo un choripán hecho en una parrilla a carbón que en otra a gas? El debate, aunque parezca mentira, se instaló con fuerza en la ciudad de Buenos Aires por una decisión del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri: reemplazar los actuales carritos de la Costanera Sur por otros más modernos, que incluyen el cambio de combustible para la cocción del popular chori.

Los nuevos carritos, diseñados por la gestión del PRO, llegarán en febrero próximo. Las parrillas estarán alimentadas a gas.

¿Cambiará está el sabor del chori? “Se cocina de la misma manera, el sistema es más limpio y no se desvirtúan los sabore”, sostuvo el impulsor del proyecto Adolfo Morales, propietario de uno de los carritos y presidente de la Organización de Trabajadores Independientes y de la Vía Pública.

Es más, Morales opinó que el “ahumado” generado por el carbón puede enmascarar a aquellos productos que no son de buena calidad. “Hay un porcentaje mínimo del monóxido de carbono que queda en la comida y puede hacer que caiga mal, nada más grave que un pequeño malestar”, comentó al diario Clarín.

Pero no todos piensan lo mismo. Rubén Amitrano, conocido también como “el zar del choripán”, dijo que “hay una diferencia abismal entre lo que es carbón y gas, pero bueno la ley exige y vamos a cumplir”.

En tanto, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño afirman que se pretende mejorar la “identidad visual” del lugar y sumar mayor seguridad y limpieza para las miles de personas que eligen comer en esas parrillas. El nuevo “Puesto Rodante de Venta de Alimentos”, que se entregará en comodato, tendrá freezer, heladera, dos cocinas a gas y un medidor de luz.