Se realizó la inauguración oficial de los nuevos equipos del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE). La inauguración se realizó en el Pabellón 2 de Ciudad Universitaria. Allí funciona el INQUIMAE, instituto que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Se trata de un difractómetro de rayos X de monocristal, una facilidad de espectroscopia y cinética ultrarrápida, un espectrómetro rayos X y ultravioletas para el análisis de superficies y una cámara para microscopio. Todos ellos fueron adquiridos a través de la línea Proyectos de Modernización de Equipamiento (PME) de la Agencia.

El difractómetro de rayos X permite elucidar estructuras moleculares y cristalinas de compuestos químicos a nivel atómico. Para los grupos de investigación es de suma utilidad porque permite tomar una “foto” de las moléculas cuya estructura se desconoce, en particular compuestos nuevos que se sintetizan por primera vez. En cuanto a las aplicaciones industriales, es muy importante en el campo de la industria farmacéutica.

La facilidad de espectroscopia y cinética ultrarrápida permite estudiar reacciones químicas en el límite temporal de velocidad, hasta las decenas de femtosegundos (1 femtosegundo es una millonésima de millonésima de milisegundo). Se utiliza para analizar reacciones de transferencia de carga como las que ocurren en la fotosíntesis, y el aprovechamiento de energía solar; en reacciones muy rápidas de disociación, como las que ocurren en procesos atmosféricos, o en las de isomerización, como las que ocurren en el proceso de la visión y en el almacenamiento óptico de la información. Sus aplicaciones se dan en estudios de procesos ultrarrápidos en sistemas biológicos, biomimética de la fotosíntesis para fotoconversión de energía y procesos fotoquímicos de degradación de materiales.

Por último, el espectrómetro de rayos X y ultravioletas es un equipo de ultra alto vacío que incorpora múltiples técnicas experimentales de análisis de superficies y permite obtener información cualitativa y cuantitativa sobre la composición e identidad química de las últimas capas atómicas de un material. Este nuevo equipamiento de análisis experimental no sólo llena un vacío instrumental en el área de la nanociencia y la nanotecnología sino que se espera tenga un fuerte impacto tanto en el ámbito académico como en el sector productivo con aplicaciones en corrosión, catalizadores, superficies antirreflectoras, autolimpiantes, almacenamiento de energía en baterías, celdas de combustible, supercapacitores, etc.

Fuente: Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación