Para las personas con algún tipo de discapacidad, se sabe, la vida es un poco más compleja que para el resto. Salir de casa con sillas de ruedas y no encontrar rampas, cruzar la calle sin un semáforo para ciegos o ser sordomudo y querer hacer un trámite no es nada fácil.
Conseguir empleo es una de las asignaturas pendientes para los rosarinos con capacidades diferentes, que se enfrentan a una sociedad aún no están prepadas para la inclusión. Con la intención de empezar a allanar el camino que permita a las personas ciegas o con disminución visual acceder a su primer empleo, en Rosario el Movimiento de Unidad de Ciegos y Ambliopes de Rosario (Mucar) dicta cursos de capacitación laboral en diversas áreas.
Sin embargo, la ciudad no escapa a las paradojas y aunque ya hay 40 personas no videntes preparadas para ocupar un puesto de trabajo –como telemarketers, recepcionistas, telefonistas y mantenimiento de webs, entre otros– todavía no tienen empleo.
"Tenemos esperanzas en que los empresarios se vayan sensibilizando con la cuestión. Es todo muy nuevo y nunca se había trabajado antes con tanto esfuerzo en esta dirección. No hablamos en términos de discriminación pero sí de desconocimiento. Tenemos una gran cantidad de personas valiosas y con mucha aptitud para salir a trabajar", señaló a Rosario3.com, Carlos Colere, presidente de Mucar. Y añadió: "Es verdad que a nivel provincial y municipal en materia de inclusión laboral de discapacitados visuales nunca hubo políticas concretas".
La iniciativa que lleva adelante Mucar depende del Programa Agora Argentina, que es ejecutado por la Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Ambliopes con el apoyo de la Fundación Once para América Latina y los Ministerios de Trabajo de la Nación y la provincia de Buenos Aires.
El proyecto es ambicioso y apunta a propiciar incorporaciones de personas ciegas o disminuidas visuales al mundo del trabajo en los entes públicos como a las empresas privadas que deseen incorporar a personas con discapacidades visuales, considerando las actitudes y aptitudes para los puestos. "No somos una bolsa de trabajo, sino que lo que hacemos es formar a los interesados de acuerdo al perfil que solicitan las diferentes empresas", aclaró Colere.
Aunque la idea es positiva, el panorama no es muy alentador en esa materia. Actualmente Rosario cuenta entre sus habitantes con 1.200 personas que padecen de ceguera y con por lo menos 10 mil que sufren de baja visión, pero un porcentaje bajísimo, apenas un grupo que ronda las 50 personas, es el que está incluido en el sistema laboral. "En lo que es la actividad privda no hay más allá de cinco personas trabajando, en lo público, tanto Municipdalidad como provincia, hay por lo menos 30. Y con desempeño de forma independiente al frente de un comercio particular, solamente quince", apuntó el presidente de Mucar.
Muchas veces cuando se habla de la incorporación de personas con discapacidad el primer tema que surje es que para una empresa es mucho más caro y menos rentable. Pero desde la asociación se encargan de echar por tierra esa idea. De hecho, ya hay una empresa que dio el puntapié inicial a partir de los programas de capacitación de empleo.
Se trata de la empresa selectora de personal Sessa Select, que ya contrató a la primera persona con discapacidad visual que fue formada por los cursos de Mucar. "Hará trabajos de recepcionista con un puesto de empleo acondicionado de acuerdo a sus capacidades diferentes", explicó Colere. Y agregó que Sessa Select intentó dar ejemplo empezando por casa: "La decisión coincide con los parámetros de la firma y la compañía pensó que era una buena estrategia para poder comprometer a otras empresas con las que ellos trabajan en todo lo que es búsqueda de empleo".
Además de ofrecer gente altamente capacitada, el programa brinda en forma absolutamente gratuita la gestión, evaluación, preselección, inclusión y seguimiento de los beneficiarios, así como el análisis y adaptación del puesto de trabajo, a modo de posibilitar y afianzar el proceso de inserción laboral. Incluso, en caso de ser necesario, y previa evaluación técnica, entrega en comodato la adaptación tecnológica o financia la obtención de una ayuda óptica para las personas con baja visión. "En el caso de todo lo que es trabajo de oficinase montan los puestos de trabajo a través de un sistema de comodato por el cual se instala una computadora con toda la programación que las personas ciegas o con disminución visual necesitan", explicó Colere. "Se trata de computadoras que cuentan con software legal adaptado con programas para ciegos donde se verbaliza todo lo que aparece en la pantalla y con otros que funcionan como amplificadores para personas que tienen disminución de visión", concluyó.


