Las lluvias anunciadas para octubre, noviembre y diciembre comenzaron a cumplirse. Si bien el pronóstico no es alentador para estos próximos meses, el fenómeno climático de El Niño tiene su lado positivo. El aumento de tormentas promete ahuyentar al fantasma de la sequía que afectó a la mayoría de los departamentos de la provincia de Santa Fe durante el año 2008 y parte de 2009. "Se espera una temporada con precipitaciones intensas, fuertes ráfagas de viento y también posibilidad de caída de granizo. Incluso subirá el nivel del Paraná", advirtió a Rosario3.com, el meteorológo, Oscar Mongelat.
Sin embargo, desde el gobierno santafesino se refuerzan estrategias de prevención ya que en algunas zonas podría haber dificultad de drenajes y probabilidad de inundaciones.
Al parecer, el humo y la sequía, las dos plagas que el año pasado afectaron a la región, no atacarían de nuevo. A esta altura del año pasado, en las islas entrerrianas seguían incendiando campos y el humo tóxico se esparcía a través del río hasta la costa rosarina y localidades vecinas. Al mismo tiempo, en el norte santafesino, las vacas caían muertas de sed y los sembrados perecían ante los rayos implacables del sol en un contexto de sequía inédito en los últimos 70 años. Casi como las plagas bíblicas el panorama se tornaba desolador. Pero este año, habría cierto respiro. Las lluvias pronosticadas para los próximos meses traerían alivio tanto a los productores agropecuarios como a las autoridades, que sufrieron el coletazo de las pérdidas millonarias en la economía de la región.
El aumento de tormentas y caída de agua responde al fenómeno meteorológico conocido como El Niño. "Se desprende de una afluencia de aguas cálidas que golpea las costas de Perú y por su posición nos abastece de mucho vapor de agua. Entonces, cualquier cambio de tiempo que se produce con mayor vapor de agua se propicia el desarrollo de tormentas", explicó Mongelat.
El Niño traerá inconvenientes
Si bien el panorama parece ser menos desolador que el año pasado, desde el gobierno provincial refuerzan estrategias de prevención para evitar complicaciones. "Recibimos informes del SMN en los que se indica que durante los meses de octubre, noviembre y diciembre podría haber un aumento de las frecuencias y cantidades de lluvias en la región Litoral y en la provincia de Santa Fe. Esto viene acompañado del aumento del nivel de lluvias en Brasil, por lo que el nivel del río Paraná irá en aumento”, explicó Marcos Escajadillo, subsecretario de Protección Civil de la provincia.
En tanto, Escajadillo admitió que tormentas como la del fin de semana pasado serán cada vez más frecuentes. "El fenómeno de El Niño puede hacer que en determinados lugares haya fenómenos meteorológicos muy severos, muy extremos, con caída de granizo y vientos fuertes”, dijo y añadió: "Incluso se prevén anegamientos en los asentamientos precarios o regiones más bajas si cae mucha agua en poco tiempo. Pero de igual manera se hace monitoreo permanente de los distintos cauces de río y ya estamos trabajando en eso".
Un verano sin incendios en las islas
El fenómeno de la quema de pastizales en las islas entrerrianas, más que habitual en la temporada estival, no se hará sentir tanto este verano. El titular de Defensa Civil de Rosario, Raúl Rainone, reconoció que el marco es distinto al vivido en años anteriores. "Habíamos pasado mucho tiempo sin lluvias, con mucha sequía, lo que generó además de pérdidas económicas que los campos fueran más incendiables", explicó en contacto con Rosario3.com.
En tanto, para el funcionario municipal otro dato importante para frenar los focos ígneos del otro lado del Paraná será justamente la altura del río. "El año pasado se registró la bajante más importante de los últimos tiempos, y eso hacía que fuera propicio a tener más incendios. Pero a esta altura, ya hubo lluvias importantes, la altura del río subió y el pasto verde crecerá más rapido", expresó Rainone.
El verano pasado la altura del río llegó a estar bordeando el metro (estuvo en 1,02) cuando la altura normal de las aguas debe alcanzar los tres metros. Para este año el pronóstico es mucho más alentador. "El río favorece el cruce de todos los arroyos y genera un corte en los campos que hace que los fuegos también se corten y no sean tan importantes", dijo, al mismo tiempo que rescató la importancia de haber sumado un helicóptero para localizar las coordenadas de los focos ígneos.