La multinacional Glencore utilizó una empresa offshore radicada en las islas Bermudas para comprar en 2005 y cerrar en 2016 la fábrica Ar Zinc, ex Sulfacid, de Fray Luis Beltrán, según desnudó la filtración de documentos secretos conocida como "Paradise Papers". Despidió a unos 530 trabajadores, entre obreros (420), administrativos (70) y contratistas. Seis de ellos aún reclaman el pago de indemnización. Además, le dejó una deuda de Derecho de Registro e Inspección  (Drei) al municipio. "Nosotros no sabíamos que era una offshore, nos enteramos ahora", reconoció la intendenta de Fray Luis Beltrán, Liliana Canut.

Canut recordó que la empresa que producía lingotes de zinc y ácido sulfúrico dejó de funcionar en diciembre de 2015 y en febrero de 2016 los titulares confirmaron que no reabrirían las persianas. "Aportaban 600 mil pesos del Drei que era muy importante para nosotros. Cuando cerraron no nos querían pagar una deuda. Tuvimos que hacerle un plan de pago en cuotas y aún queda un remanente de eso", aseguró la intendenta a Rosario3.com.

Aunque pida beneficios y condonación de pasivos, la empresa no es una Pyme sin crédito. El grupo Glencore International AG (sede en Suiza) es un gigante multinacional que en Argentina controla las mineras La Alumbrera (Catamarca) y El Pachón (San Juan), además de emprendimientos en energía y agropecuarios. También controla un puerto de La Alumbrera en Puerto General San Martín. Tiene denuncias por contaminación y evasión. El consorcio de periodistas de todo el mundo agrupado en ICIJ -el mismo que difundió los Panamá Papers- detectó que la multinacional es uno de los principales clientes del estudio especializado en empresas en paraísos fiscales Appleby.

Según la investigación de la periodista de ese grupo Sandra Crucianelli, que publicó Perfil, Glencore extrae de la Argentina millones de dólares anuales a través de al menos seis firmas offshore. Una de esas empresas radicada en Bermudas, un paraíso fiscal para evadir (o eludir) impuestos, es Glencore Finance Ltd. Esa firma compró Ar Zinc (ex Sulfacid) en la localidad ubicada al norte de Rosario, sobre el río Paraná. 

La mayoría del paquete accionario de Sulfacid era propiedad de Shattuck Trading Co, Grupo Minera SA y Minera Aguilar S.A.. Los documentos indican que Glencore Finance Ltd. fue la que se quedó con el 100% de las acciones Shattuck Trading Co. Inc. y con el total de la empresa.

El secretario del Sindicato Único de Trabajadores Químicos y Petroquímicos, Daniel Santillán, aclaró a Rosario3.com quienes estaban detrás de esas firmas. Sulfacid era propiedad del grupo Bunge y Born y después pasó a manos de Comsur, del empresario y ex presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada, un socio de Glencore, empresa que al final se quedó con el paquete accionario.

Cuadro: La Nación

No soy de aquí, ni soy de allá

En diciembre de 2015, los representantes de Glencore en Argentina dieron vacaciones a los empleados de Ar Zinc y la fábrica dejó de funcionar. En febrero siguiente, después de largas negociaciones, confirmaron el cierre. Argumentaron que la rotura de un horno central y las condiciones económicas negativas de la coyuntura la hacían inviable.

"En realidad no era un problema de costos. Nosotros siempre lo dijimos para nadie nos escuchó: cuando el gobierno nacional les sacó las retenciones a la minera todo el grupo se reestructuró y cerraron la fábrica porque no era negocio. Fue por razones financieras, a ellos no les importa qué pasa con nosotros", amplió Santillán.

Ese mismo año del cierre de Ar Zinc, en 2016, la provincia de Catamarca la reclamó a Glencore por el pago de regalías de la minera La Alumbrera. También Tucumán le inició una demanda por ocultar ganancias en otras de sus empresas, añade la investigación de la periodista Crucianelli, quien consultó a la empresa por estos temas en una carta pero no obtuvo respuesta.

Glencore informó en 2015 que pagó 525 millones de dólares en la Argentina. Pero según Resource Project, una base de datos que se nutre de datos oficiales, los pagos a los gobiernos provinciales y nacional para fines de 2015 y de 2016 apenas superó los 45 millones de dólares entre regalías e impuestos.

Los reclamos de los trabajadores de Ar Zinc o de las provincias recayeron en domicilios de Islas Bermudas o Islas Caimán.

Pasivo ambiental y deudas

La intendenta de Fray Luis Beltrán, Liliana Canut, aseguró a este medio que además de los 500 despidos la empresa dejó "un pasivo ambiental muy grande" e incluso no terminó de pagar unas deudas que mantiene con el Drei local. "Se negaban a pagar y lo terminaron haciendo en cuotas, todavía les queda un remanente, calculo que lo van a terminar de cancelar".

Ar Zinc pagaba al municipio unos 600 mil pesos por mes (hoy serían cerca de un millón). "Ese ingreso era muy importante para la ciudad, era la única industria grande que teníamos", añadió.

Canut señaló que la empresa debe realizar un saneamiento ambiental del predio y de las cinco cavas o depósito de residuos industriales. "Algo están haciendo porque hay movimiento pero muy lento y por sectores", reclamó. Aseguró que pidieron a la provincia y a la Nación, a las áreas de Medio Ambiente, que la firma cumpla con los plazos de limpieza y "también queremos saber lo que está pasando ahí, qué residuos tóxicos dejaron". 

"No están cumpliendo con el saneamiento y no nos dejan ingresar a la planta a ver cómo está. Esto quedó como una pantalla porque no está constatado el cierre", añadió el secretario de los trabajadores químicos. 

Lo legal y el costo humano

"Más de 100 trabajadores despedidos son de Fray Luis Beltrán y a casi dos años del cierre de la planta algunos todavía no tienen trabajo. Cobraron una indemnización. Algunos pusieron un kiosco, otros un remís, otros siguen sin empleo. En la ciudad bajó el consumo, hubo cierre de comercios. El círculo que se genera es tremendo", describió Canut, intendente de la localidad del cordón industrial que tiene unos 20 mil habitantes. 

"Pero no somos una ciudad fantasma. Seguimos en la lucha de todos los días. Para ellos sólo se trata de grandes negociados. No viven acá, no les interesa. Pueden cerrar caprichosamente una empresa sin importarles el daño", agregó.

Santillán señaló que la carpa de protesta aún continúa porque seis ex trabajadores de Ar Zinc, delegados o integrantes de la comisión interna, aún no arreglaron su indemnización especial (por ley más alta que la normal). 

Trabajadores de Ar Zinc reclamaron durante la marcha de ATE la última semana.
Las protestas de los trabajadores de Ar Zinc (Rosario3.com). 

Los Paradise Papers ahora, y los Panama Papers el año pasado, confirman que muchos ricos de todo el mundo esconden sus fortunas para no pagar impuestos en paraísos fiscales (entre ellos presidentes y ministros, como ocurre en Argentina) y que las empresas redireccionan sus ventas y ganancias en otras firmas más chicas radicadas en esos países (islas en muchos casos) para ocultarse de los controles fiscales y ahorrarse tributos. Incluso la constructora brasileña Odebrecht utilizó offshore para pagar coimas, según publicó La Nación.

Los señalados por estas revelaciones del consorcio global de periodistas afirman que la creación o participación de empresas offshore no es delito. Diferencian evasión de impuestos (algo ilegal) de elusión, una forma legal y compleja para esquivar el pago de tributos. El argumento está lejos de clausurar el debate sobre lo justo y lo ético de estos armados. El costo, lo saben en Beltrán, también es humano.