Con la Marcha Peronista, cantada con inusual euforia en el recinto de la Cámara de Diputados, el oficialismo festejó la media sanción al proyecto de ley de medios enviada al Congreso por la presidenta Cristina Kirchner. Fue tras una maratónica sesión de casi catorce horas de duración –en realidad no terminaba porque seguí el debate en particular–, en la que hubo fuertes cruces y denuncias de irregularidades de parte de la mayoría de la oposición, que se retiró del recinto varias horas antes de la votación con denuncias de irregularidades en el trámite parlamentario. La iniciativa pasará ahora al Senado, donde se supone que le costará más al oficialismo conseguir la mayoría y donde también se buscará apurar el debate, acaso con la estrategia de correr del medio al vicepresidente Julio Cobos, quien la semana que viene estará a cargo del Ejecutivo por un viaje de la jefa deñ Estado.

Con el apoyo de la centroizquierda, incluido el socialismo santafesino pero no el periodista Miguel Bonasso –quien cuestionaba el control oficialista sobre la autoridad de aplicación–, el kirchnerismo consiguió 146 votos a favor del proyecto en la votación en general.

Antes de contar los sufragios, cerró el debate el santafesino Agustín Rossi, presidente del bloque oficialista, quien resaltó que "lo más importante es que esta es una ley antimonopólica, que ataca la concentración y las posiciones dominantes que existen no sólo a nivel nacional sino también en las provincias".

El Chivo remarcó la importancia histórica de terminar con la normativa de la dictadura y enfatizó que al enviar este proyecto la presidenta Cristina Kirchner tuvo lo que le faltó a los anteriores presidentes de la democracia: "Voluntad política".

No sólo eso: también calificó de "sabia" la decisión presidencial de dar marcha atrás con la posibilidad de que las telefónicas se incorporen como radiodifusores porque eso echó por tierra con lo que para él era "una operación" que se armó contra el oficialismo y abrió paso al respaldo de otros bloques. "No estamos detrás de ningún negociado", enfatizó.

Además, Rossi descalificó las denuncias de la oposición, defendió la legalidad de lo actuado y si bien admitió que hubiese sido más prolijo dar un plazo mayor al debate –"pido perdón si violentamos alguna forma", dijo en un momento– explicó que esto no se hizo porque "a más tiempo más posibilidades de presión".

También aseguró que no hay visos de inconstitucionalidad en la norma que obtuvo media sanción y advirtió a los legisladores que cuestionaron todo el proceso: "No pierdan el tiempo en ir a la Justicia".

Críticas y denuncias

Los opositores ya se habían retirado del recinto ya que no sólo consideraron inconstitucional la iniciativa sino el trámite parlamentario, ya que según ellos se violó el reglamento de la Cámara de Diputados y se impuso el debate de una ley sin que todos los legisladores se pudieran interiorizar de su texto, ya que hubo cambios hasta último momento.

Pero el kirchnerismo estaba dispuesto a jugar otra vez a todo o nada. Poco antes de las 11.30 del miércoles el kirchnerismo, con el concurso de aliados de centro izquierda –entre ellos, la santafesina del SI Verónica Venas–, consiguió la presencia de 129 diputados, el quórum necesario para arrancar el debate de la sesión especial en la que buscará darle media sanción al proyecto.

“En estas condiciones precarias, impugnamos el proceso. Hay una nulidad impropia que inhabilita el debate. Se ha cometido una serie de irregularidades y por tanto, vamos a estar en el recinto, vamos a cuestionar el proyecto, pero no vamos a estar en el momento en el que el oficialismo pretenda que sea votado", anticipó entonces Oscar Aguad, jefe del bloque radical en la Cámara baja.

Su postura fue apoyada por otros titulares de bloques opositores. "Consideramos que no es una sesión válida de la Cámara; son manifestaciones de diputados en el recinto", sentenció por su parte Federico Pinedo, del PRO.

"Esta es una decisión de toda la oposición que marca un compromiso", agregó, a su turno, el peronista disidente Francisco De Narváez.

El socialismo acompañó

Más temprano, en el debate, el socialismo anunció, contra lo dicho en los días previos, que votaría a favor de la ley aunque se opondrá en particular a varios de los artículos. "Si se pone en una balanza el texto vigente, el de la dictadura, con las modificaciones de la democracia y el texto puesto hoy, la balanza se inclina en favor de este último", sostuvo la diputada del PS Santa Fe Silvia Augsburger.

Y aseguró que "como toda iniciativa, siempre es perfectible, por eso propondremos en el recinto algunas modificaciones que permitan arribar a una ley lo más completa posible".

Quórum y pedido opositor

Una vez habilitada la discusión, la Coalición Cívica, la UCR y el PRO bajaron al recinto y Adrián Pérez, de la primera agrupación, habló para pedir el regreso del proyecto a comisión para un debate realmente en serio. Pero el oficialismo impuso su mayoría y arrancó la discusión.

La oposición también planteó que la sesión especial promovida por el oficialismo había caído al transcurrir media sin reunir el quórum. Así, dejaron abierta la posibilidad futura de una intervención judicial que invalide la ley aprobada.

Con mucha polémica, el kirchnerismo obtuvo a la medianoche del martes las firmas necesarias para lograr el despacho del controversial proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual.

El oficialismo introdujo cerca de 200 modificaciones en el texto original, con el objetivo de lograr consenso. Con esos cambios logró el apoyo de una parte importante de la centroizquierda. Legisladores del radicalismo y Unión PRO se retiraron sin embargo de la reunión de comisión, tras denunciar irregularidades en la obtención de las firmas. Denunciaron, además, que de sancionarse la iniciativa el gobierno ejercerá un fuerte control sobre los medios.

El proyecto también fue duramente cuestionado por abogados constitucionalistas que entienden que se violan derechos consagrados en la Carta Magna.