La pesadilla sobre una nueva guerra se abate desde el miércoles sobre el Líbano, tras el inicio de los bombardeos por parte de Israel que han causado unos 50 muertos. Israel ha atacado al barrio Usai en el sur de Beirut y ha destrozado gran parte de sus infraestructuras, en el intento de rescatar a dos soldados israelíes capturados por miembros del grupo chií Hizbulá.
En los últimos ataques de este jueves (hora argentina), la aviación israelí bombardeó un puente de la carretera de Beirut a Damasco. Una portavoz del Ejército israelí explicó a Efe que lo que se pretendió con el bombardeo de la carretera es "cortar las vías de contrabando de armamento hacia el Líbano, pero, sobre todo, impedir que los dos soldados (capturados el miércoles por el grupo chií Hizbulá) puedan ser sacados del país".
Fuentes del Ejército y del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores informaron hoy de que tienen indicios de que Hizbulá quiere llevarse a los soldados a Irán, ya que el grupo libanés "es un mero brazo del régimen de Teherán".
La captura de los dos soldados es lo que ha desencadenado la campaña de Israel contra el Líbano, que ha causado en 24 horas al menos 48 muertos, un centenar de heridos y la destrucción de numerosas infraestructuras.
Hizbulá, por su parte, lanzó el jueves aproximadamente un centenar de misiles Katiusha contra el norte de Israel, causando unos cien heridos y la muerte de dos personas, una de ellas una mujer de origen argentino.
Horas antes del bombardeo al puente, el ejército israelí atacó en reiteradas ocasiones el aeropuerto internacional Rafik Hariri de Beirut tras golpear otras infraestructuras, como los puentes que unen las diferentes regiones del país y otras instalaciones militares.
A ello se suma un bloqueo por mar y aire que impide hasta el momento a la gente la entrada y salida del Líbano.
Dos soldados
Con ello, el conflicto de los palestinos ha vuelto a salpicar al Líbano ya que la captura de los dos soldados israelíes (Ehud Golwaser y Eldad Reguev, de 31 y 26 años) por parte de Hizbulá se produjo días después de la de otro militar israelí (Guilad Shalit de 18 años) por parte de milicianos palestinos de Hamás en Gaza.
Sin embargo, el Gobierno de Israel en palabras de su ministro de Defensa, Amir Peretz, ha dicho que aunque no se opone a la liberación de prisioneros como parte de la solución al conflicto, no contempla la liberación de los mismos como acción próxima.
El Consejo de Ministros libanés, reunido por tercera vez en las últimas 24 horas, insistió en desmarcarse de cualquier acción de Hizbulá y aseguró que no es responsable de la operación en la que ese grupo capturó a los dos soldados.
El ministro de Información libanés, Gazi Aridi, que condenó las agresiones israelíes, mostró su satisfacción ante la "resistencia de los libaneses" frente a las mismas y rechazó las alegaciones de Israel, que asegura se trata de una operación de defensa.
Aridi dijo que el su gobierno está satisfecho por la iniciativa del secretario general de la ONU, Kofi Annan, que confirmó el envió de una delegación a la región para intentar calmar la situación.
Además, confirmó que Israel no ha respondido a la petición de alto el fuego lanzada por el Gobierno libanés y que éste emplea todos los medios a su alcance para poner fin a la ofensiva israelí.
El Gobierno libanés ha dicho además que respeta la legalidad internacional, así como la "línea azul", donde la Fuerza Interina de las Naciones Unidas (FINUL) mantiene a cerca de 5.500 soldados para prevenir los enfrentamientos como los que se produjeron en septiembre del 1982 y un segundo el 16 de abril de 1996.
El secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, responsabilizó a Israel y a su "silencio" ante la ocupación de los territorios palestinos, del deterioro de la situación en la región.
El rey Abdalá II de Jordania, que se entrevistó con Saad Hariri, jefe del grupo mayoritario en el Parlamento libanés e hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri, condenó y rechazó el ataque israelí, que calificó de "agresión" y dijo que debe detenerse.