Aunque por lo general se cree que los trastornos alimentarios son un problema entre las chicas adolescentes, muchas mujeres mayores de 50 practican conductas alimentarias malsanas, indica un estudio reciente.

Los investigadores hallaron que casi 4 por ciento reportan atracones de comida, casi 8 por ciento reportan que se purgan, más del 70 por ciento hacen dieta para perder peso y 62 por ciento señalan que su peso o su figura afectan adversamente sus vidas, según un informe que aparece en la revista “International Journal of Eating Disorders”.

"Todos, especialmente los proveedores de atención de salud, deben eliminar los estereotipos sobre quién experimenta un trastorno alimentario. Las mujeres bastante mayores de 50 siguen reportando luchar contra la insatisfacción con el peso y una variedad de conductas malsanas dirigidas a controlar el peso", advirtió la investigadora principal Cynthia Bulik, directora del Programa de Trastornos Alimentarios de la Universidad de Carolina del Norte.

"Nuestra sociedad en que ´los 70 son los nuevo 50´ podría estar presionando más a las mujeres en cuanto a la apariencia, lo que perpetúa las prácticas alimentarias trastornadas hasta la adultez bien avanzada", añadió.

Estos mensajes provocan insatisfacción y llevan a las mujeres a medidas extremas para alcanzar esos "ideales inventados por la sociedad", lamentó Bulik.

En el estudio, el 36 por ciento de las mujeres dijeron que habían pasado al menos la mitad del tiempo de los últimos cinco años a dieta, 41 por ciento señalaron que revisaban su tamaño o figura corporal a diario, y 40 por ciento se pesaban al menos dos veces por semana.

Además, el 62 por ciento dijeron que su peso o figura tenían un impacto negativo en sus vidas, 79 por ciento señalaron que afectaban su imagen de sí mismas, y 64 por ciento señalaron que pensaban al respecto todos los días.

Muchas mujeres recurrían a formas malsanas para perder peso, como pastillas de dieta (7.5 por ciento), ejercicio excesivo (7 por ciento), diuréticos (2.5 por ciento), laxantes (2 por ciento) y vomitar (1 por ciento), hallaron los investigadores.

"Simplemente no podemos ignorar los trastornos alimentarios y la insatisfacción con el peso en las mujeres mayores de 50", enfatizó Bulik. En total, a 66 por ciento no les gustaba su apariencia en general. Su insatisfacción era mayor con el vientre (84 por ciento) y la figura (73 por ciento).

"Pero no tenemos ni idea sobre cómo personalizar las intervenciones para las mujeres mayores de 50 para que el tratamiento pueda ser adecuado para esa etapa de desarrollo en sus vidas. Es el próximo paso esencial", señaló.

Bulik anotó que los trastornos alimentarios pueden tener graves consecuencias. "La anorexia nerviosa tiene la tasa de mortalidad más elevada de todas las enfermedades psiquiátricas. Aunque no tenemos datos claros sobre las diferencias en la mortalidad en el espectro de edad, sabemos que el cuerpo se hace menos resistente a los daños físicos de la inanición, los atracones de comida y las purgas a medida que envejece. Así que, en las mujeres mayores, estos trastornos podrían llevar incluso a más complicaciones médicas porque el cuerpo se recupera menos fácilmente a medida que envejece", aclaró.

Bulik dijo que hay señales a las que se puede estar atento que podrían indicar que alguien sufre de un trastorno alimentario. Éstas incluyen: una pérdida de peso precipitada o un peso bajo; retraerse de la familia, la pareja y los amigos; evidencia de atracones de comida o purgas; una autoestima y estima corporal extremadamente bajas; no comer con la familia; evitar los eventos donde haya comida.

Pero, añadió que "todas estas preocupaciones sobre el peso y la figura ocupan mucho espacio mental en las mujeres en este grupo de edad, sorprendentemente".

Fuente: Helath Day