Si el termómetro es lo que pasa en la calle, para los peones de taxi no hay dudas: la luz de pánico como sistema de seguridad es un rotundo fracaso. Es que, según el titular del sindicato del sector, Horacio Boix, en las últimas dos semanas se produjeron quince asaltos a taxistas que manejan coches con este dispositivo, el que tiene la gran mayoría.

“Los patrones pusieron la luz de pánico pero no sirve para nada, lo único que hace es agravar la situación del chofer, porque cualquier movimiento que hace pone en riesgo su seguridad física”, se quejó Boix en diálogo con el programa De tarde en tarde, de Radio 2.

La ordenanza sobre seguridad en taxis que sancionó el Concejo establece que los titulares pueden optar entre tres sistemas: blíndex que separa al chofer del pasajero, seguimiento satelital por GPS y luz de pánico.

La mayoría se inclinó por este último, que es el más barato, a pesar de la resistencia de los peones, que pedían al menos el blindex.

Pero para Boix “ningún sistema que no tenga comunicación directa con policía va a servir”. Con la luz de pánico, dijo, los titulares hicieron “una pequeña inversión para cumplir la ordenanza pero sin restado efectivo”.

El dirigente gremial dijo que buscará hablar con los concejales para que “revean” la ordenanza y busquen un sistema efectivo pero “asesorados por gente que sepa de seguridad”.

Al mismo tiempo, dijo que los pocos coches que cuentan con sistema satelital tampoco están seguros porque hay “desperfectos técnicos” que hacen que la ubicación que da el GPS no siempre coincida con la real.