Falleció el escritor egipcio Naguib Mahfuz, que fue un ejemplo para otros autores contemporáneos árabes, que intentarán ahora seguir la huella del único literato en lengua árabe ganador del Premio Nobel.

 

Mahfuz murió a los 95 años en un hospital cairota en el que permaneció ingresado 44 días, la mitad de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos, por problemas pulmonares y renales.

 

El novelista, calificado por el primer ministro egipcio, Ahmed Nazif, como "uno de los pilares del realismo social árabe", será enterrado este jueves en un funeral de Estado, al que asistirán las principales personalidades de la política y literatura del país.

 

Su larga trayectoria como poeta, novelista y articulista, por la que mereció el premio Nobel en 1988, ha llevado a los críticos a considerarle el mayor cronista árabe contemporáneo.

 

Quizá el autor contemporáneo árabe más conocido después de Mahfuz sea el poeta sirio Adonis, que fue aspirante al pasado premio Nobel de Literatura.

 

Además de poeta, Adonis –cuyo verdadero nombre es Al Ahmad Said– es un reputado crítico literario, traductor y editor.

 

Nacido en Al Qassabin, cerca de la ciudad mediterránea de Latakia, pasó unos años en cárceles de Siria antes de abandonar el país, en 1956, para instalarse junto a su esposa, crítica literaria, en Líbano, país del que obtendría la nacionalidad.

 

Las canciones de Mihyar el damasquino, de 1961, fue su primera obra importante en la que el pasado se convierte en un vehículo de nociones revolucionarias a través de poemas en los que muestra su visión de la capital siria.

 

En 1998 Adonis confesó que se encontraba "más próximo a Nietzsche, Heidegger, Rimbaud, Baudelaire, Goethe o Rilke que a muchos escritores, poetas e intelectuales árabes".

 

Si Adonis destaca por su poesía, el sudanés Tayeb Saleh es uno de los autores más relevantes de la narrativa en lengua árabe.

 

Nacido en 1929 en el norte de Sudán, Saleh cursó estudios en las universidades de Jartum y Londres, donde comenzó su carrera literaria.

 

Sus obras están cargadas de temas políticos, y la colonización y las relaciones de género son dos asuntos que trata con profundidad en sus novelas.

 

Aunque también es conocido por ser uno de los mejores autores de relatos cortos en lengua árabe, su obra más famosa es la novela "Temporada de migración al norte", traducida del árabe a más de veinte idiomas.

 

Además de estos dos autores, destacan en la actualidad un grupo de importantes escritores procedentes de diversos lugares.

 

El libanés Elias El Jury es autor de una decena de novelas, algunas de las cuales han sido traducidas a otros idiomas.

 

Este cristiano maronita, nacido en Beirut en 1948, también ha escrito teatro y crítica literaria, aunque debido a las heridas causadas por la guerra civil de su país se quedó ciego durante una temporada.

 

El escritor palestino Mahmud Darwish, que durante un tiempo fue miembro de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), es famoso por su poesía acerca de la trágica pérdida de su tierra de origen.

 

También mantiene un importante compromiso político el egipcio Sonallá Ibrahim, autor de novelas y relatos cortos, así como historias infantiles, que siempre ha defendido sus ideas de izquierda.

 

Ibrahim es contemporáneo de su compatriota copto Eduard Al Jarrat, nacido en Alejandría y en cuyas obras hay influencia del cristianismo egipcio, así como de la tradición literaria occidental.

 

Entre los más reconocidos también hay mujeres, como la argelina Ahlam Mosteghanemi.

 

Autora de novelas de gran éxito como Memoria de la carne, Mosteghanemi se convirtió en la primera autora argelina que logró una tirada de centenares de miles de copias.

 

El iraquí Fuad El Tekerly, también uno de los más reputados novelistas árabes, es famoso por su encarnizada defensa de los derechos de las mujeres, que también realizó mientras ocupó el cargo de juez en su país de origen.

 

Además de llenar el vacío que ha dejado la muerte de Mahfuz, estos autores tendrán que hacer frente a otro gran desafío: lograr que la lectura sea un hábito fuera de la elite cultural del país.