Dicen que los equipos campeones tienen una dosis de suerte extraordinaria que aparece cuando sus atributos no. Newell´s, el puntero del Apertura, la tuvo en su victoria ante Chacarita por 1-0 en la noche post diluvio de Buenos Aires. No sólo porque el único gol fue un regalo del Funebrero (Omar Zarif en contra a los 38 del primer tiempo), sino porque en el complemento estuvo media docena de veces al borde del empate y cuando no apareció Sebastián Peratta, figura de la cancha, el palo se hizo gigante y bloqueó el (justo) 1-1, en tiempo de descuento.

El primer tiempo del partido que abrió la fecha 14, y que comenzó una hora más tarde por el temporal, fue parejo. Los primeros 20 minutos agruparon varios ataques para un local que ya de arranque se mostró sin contundencia. Parra, Pereira y Morales desperdiciaron sus chances, y la figura de Peratta comenzaba a crecer.

De los 24 a los 26 minutos, la Lepra reaccionó y tuvo tres llegadas claras: un tiro de lejos de Leonel Vangioni, una escalada de Nahuel Roselli y otra que ganó de arriba Joaquín Boghossian.

A partir de allí, el encuentro se depositó en una meseta, de la cual salió a los 38 minutos tras un doble error de Sebastían Cejas y Omar Zarif. El arquero despejó mal un pelota y el Turco en lugar de reventarla, jugó hacia atrás un pase largo y terminó colocándola demasiado lejos del alcance de Terremoto. Gol en contra, 1-0 para Newell´s.

El equipo de Sensini se fue a los vestuarios sin merecerlo, porque extrañó a Jorge Achucarro en ofensiva y porque Sánchez Prette no generaba juego. Abajo, se sintió la falta de Juan Manuel Insaurralde y el Flaco Schiavi estuvo inseguro. Y en el complemento la cosa cambió pero para peor.

Schiavi salió lesionado, Sánchez Prette fue reemplazado y también dejó la cancha Mauro Formica, mucho más activo que el ex Huracán. La Lepra renunció al juego colectivo y dejó a la torre uruguaya sola arriba.

A los 32 minutos de esa etapa, Boghossian lanzó un disparo que pareció un grito de nostalgia por la ausencia de su compañero paraguayo en la delantera. Tomó la pelota y desde la mitad de la cancha sacó un remate a cualquier lado que confirmó aquello de que la soledad desespera.

En el otro extremo de la cancha, el equipo de Gamboa atacaba con todas sus limitaciones. Tuvo al menos seis claras (ver el minuto a minuto). Un manotazo increíble de Peratta a los 19 minutos lo autodecretó invencible, y los remates siguientes respetaron esa lógica.

Hasta que a los 46 parecía que llegaba la revolución, el fin de esa norma. El ingresado Ponce encontró una pelota en el área, cruzó un remate y lograba derrotar al invencible Peratta. Chacarita gritaba el empate, pero el palo derecho del arquero dijo no y la pelota se perdió por la línea final. Morales quiso creer que no estaba todo dicho y volvió a probar a los 48, pero el Gran Sebastián mostró su seguridad una vez más.

Sólo quedó tiempo para el pitazo final y el festejo de todo el plantel rojinegro, que sin merecerlo se quedó con los tres puntos. La Lepra sumó entonces 32 puntos y volvió a sacarle tres unidades de ventaja a Banfield, el único que puede alcanzarlo, que enfrentará este sábado a Vélez. Merecimientos aparte, la Lepra es puntero, mantiene intacto sus sueños de campeón y espera por el clásico más entero que nunca.