Newell´s fue Newell´s. Se pareció a sí mismo. En sus virtudes -manejo de la pelota, rotación en ataque, variantes para buscar el arco de enfrente-, pero también en sus defectos: cierta fragilidad defensiva, momentos sin profundidad y problemas en la definición. Eso mostró en el 0-0 ante Boca, que le dejó un gusto amargo sobre todo por el clarisimo penal de Forlín a Maxi Rodríguez que ni cobró el árbitro Vigliano en el primer tiempo.

El equipo de Berti empezó con las armas de siempre, Pelota al piso, salida prolija, paciencia para buscar el hueco. El primero que lo encontró fue una de las figuras del equipo: Ever Banega. Le puso primero una pelota de gol a Figueroa, cuyo disparo contuvo Orión. Y después a Maxi Rodríguez, que falló en la definición y no gravitó en el partido como Newell´s necesitaba.

En ese primer tiempo Bernardi fue el bastonero de siempre, Trezeguet pivoteó bien cuando lo buscaron y Villalba estaba firme en el medio.

Aunque de a poco, Boca, a partir del orden defensivo, la contra rápida y la claridad de Gago fue controlando los ataques rojinegros primeros y generó también peligro con un par de llegadas de Gigliotti.

Hasta que a los 31 llegó la jugada que enloqueció a todo Newell´s. Figueroa le puso un gan pase a Maxi, que enganchó ante el cierre de Forlín. El defensor barrió todo: pero el árbitro Vigliano y el juez de línea estaban en otra parte.

De ahí al cierre de la etapa la lepra se perdió un poco, pero en el segundo tiempo volvió atacar con las armas de siempre. Pero ya le costó bastante más generar peligro y los cambios de Berti (Castro por Figueroa, Ponce por Trezeguet y Orzán por Bernardi) no cambiaron el panorama. Quedó en evidencia uno de los problemas de la lepra: faltan soluciones en el banco.

Boca, con Acosta y Rianio, tomó algo de aire y sobre el final pudo haber desnivelado a través de Gago.

Pero no. Fue 0-0. El partido merecía más. Newell´s acaso también, pero mostró algunos de los mismos problemas que lo dejaron sin el título en el torneo también y terminó padeciendo el mal arbitraje de Vigliano.