En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Organización Sionista Femenina Argentina, librería Ross y Editorial Sudamericana invitan a la presentación del libro De la culpa al perdón, en el que Norma Morandini interpela ”cómo construir una convivencia democrática sobre las intolerancias del pasado".
Con la presentación de la periodista Paula Favareto, la cita es este jueves a las 19 en el centro cultural Nathan Gesang, Corrientes 1275, con entrada libre y gratuita.
“Es un libro que fue escrito diez años atrás y ninguna editorial lo quiso sacar por entonces”, explica a Rosario3.com la senadora nacional del Frente Cívico-FAP Norma Morandini sobre el texto.
El libro recupera el trabajo de la autora como corresponsal del diario O Globo durante el juicio a las Juntas militares que se desarrolló en Argentina durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
“Regresé para mirarle la cara al horror”, recuerda la también cronista. “Argentina recién se empezaba a librar del miedo a los (Ford) Falcon que andaban en las calles. Se hizo el juicio sin dar certezas sobre la salud de la democracia en el país”.
Morandini rescata el valor de los sobrevientes que, a pesar del dolor y del miedo, pudieron a partir de sus testimonios reconstruir aquello que se había ocultado; desaparecido.
“Quien estuvo ahí no puede ser el mismo hoy” –sentencia la senadora– “la pregunta es qué responsabilidad tuvimos o cómo desarmar el terrorismo de Estado para que el país no se vuelva a desquiciar”.
Se sabe que los significantes tienen un valor y que la elección de un título en cualquier instancia discursiva implica una marca de sentido, y De la culpa al perdón lo tiene.
“Pienso que el perdón es hacia nosotros mismos. Perdón, porque lo que no tiene perdón es el crimen y reconocer que el lugar del castigo está en los tribunales".
Para ampliar su mirada, la autora recuerda la frase del represor Emilio Massera durante el citado juicio: "Yo soy responsable pero no me siento culpable".
“Me llevó años entender eso. Entender lo que él nos decía, que como sociedad habíamos sido culpables de dejar matar. Es fuerte, pero si no lo vemos así va a seguir pasando”.
“Perdón y reconciliación parecen ser malas palabras hoy, pero no se dice nada del grado de agresión existente”, completa la autora para alegar que el Estado realiza un “patrullaje moral” asegura.
Para la legisladora el “desquicie colectivo” es una situación que la sociedad argentina debe resolver. Aunque, advierte: “Cómo resuleve un país su pasado dice mucho de él”.
“Pienso en los desaparecidos y me pregunto si, en realidad, no existe una cultura de hacer desaparecer al otro en un sentido simbólico. Negar al otro es un claro ejemplo de lo que ocurre en algunos medios”.
En el marco del diálogo, Morandini también se refirió a las acusaciones que pesan sobre Fancisco y sus vínculos con la dictadura militar argentina: “La solidaridad y la represión fueron clandestinas. El Papa nos pide «no tengamos miedo de ser buenos»”.
Una mirada al horror
De la culpa al perdón es un ensayo en sentido estricto, con tono autobiográfico. “No puedo eludir el trasfondo personal (Nota: los dos hermanos menores de la autora fueron víctimas del terrorismo de Estado y ella debió exiliarse), pero el relato es más lo que yo vi como testigo. En algún punto, es mirar a los otros para ver lo que había en mi familia. Tuve que esperar treinta años para poder hacerlo”.
—¿Es posible pensar una Argentina sin antinomias?
— Hay que construirla. La democracia es pluralidad y si no se logra esa pluralidad, falló la democracia. No se puede invocar a los derechos humanos y después negar al otro, porque en ese caso no estamos en condiciones de igualdad. La pregunta es qué vamos a hacer, o construimos una cultura democrática o seguimos reproduciendo una situación de violencia. La violencia como forma de hacer política.