El secretario general de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), Mario Sobol, lamentó la muerte del fiscal Alberto Nisman y la vinculó directamente a la investigación que conducía sobre el atentado de julio de 1994 a la sede porteña de la mutual. El 18 de ese mes un coche bomba estalló frente al edificio de calle Pasteur al 600 y dejó 85 muertos y más de 300 heridos. “Nos levantamos con otra víctima más del atentado de la Amia”, disparó. Descartó haberlo visto deprimido por lo que deslizó dudas sobre la hipótesis del suicidio.

Así, en diálogo con el periodista Ciro Seisas del programa A Diario (Radio 2), Sobol relacionó la muerte del fiscal con el trabajo que llevaba adelante. Contó que la semana pasada mantuvo una reunión con él y con representantes de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) y lo recordó de buen temple.

“Nos dio la impresión de estar muy seguro de su investigación y de las pruebas que tenía. Estaba convencido que tenía las pruebas. No tenía indicios de depresión”, sostuvo.

Para Sobol, entonces, el fiscal fue la víctima número 86 del ataque, cuyo expediente, aún después de 20 años, parece haber avanzado poco y nada. Al menos hasta las últimas semanas cuando Nisman acusó a la propia presidenta Cristina Fernández y otros funcionarios de su entorno de encubrir a Irán en el caso.

Justamente este lunes, el mismo día en que fue hallado sin vida en el baño de su departamento de Puerto Madero, el fiscal iba a presentarse ante los legisladores nacionales para dar cuenta de su investigación. 

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Mario Sobol (Radio 2)