Atrapados en la taiga siberiana, dos pescadores logararon resistir a las bajas temperaturas comiéndose a uno de los compañeros que había muerto de frío. Los hombres vivieron una situación parecida a la que tuvieron que atravesar los rugbiers uruguayos en la cordillera de Los Andes, auqnue con algunas diferencias.
Lo cuatro amigos se fueron a pescar en agosto pero, por complicaciones climáticas, sólo dos lograron regresar a casa cuatro meses después, tras ser rescatados por un helicóptero
A Alexánder Abduláyev, de 37 años, y Alexéi Gradulenko, de 35, los encontraron apenas con vida después de haber sobrevivido a temperaturas de 30 grados bajo cero en la región más fría de Rusia.
Los pescadiores dijeron que habían dejado a los otros dos en un refugio de cazadores. Pero la policía halló un cadáver humano descuartizado y congelado en el bosque. Los restos tenían indicios de haber sido despedazados con un hacha y le faltaban la mayoría de los músculos.
Ante las evidencias, tuvieron que confesar que se comieron al amigo, aunque dijeron que el compañero había muerto de frío.