El fiscal Florentino Malaponte señaló que la hipótesis más fuerte en el crimen de Guillermo Morgans, asesinado este martes a la tarde en el local de su hijo, es la de un asalto que terminó en asesinato. Confirmó que hubo faltante de dinero en la caja y recordó al policía como un profesional “muy serio y activo”. Compañeros, familiares y amigos velaban sus restos en una sala del centro, con la presencia también de funcionarios policiales, municipales y provinciales.

“Morgans era una persona que siempre colaboraba con las investigaciones. Es una gran pérdida”, lamentó el fiscal que explicó que, aunque las pesquisas recién comienzan, “todo indica que fue un homicidio en ocasión de robo”.

De este modo, descartó la versión que apuntaba que su asesinato fue por encargue. “Si hubiera sido así –ponderó– (los sospechosos) no hubieran reducido a una persona (por el hijo de Morgans, Franco) ni se hubieran mostrado al público”. Tras el tiroteo –llamó la atención Malaponte– los dos presuntos asesinos, “salieron caminando”.

Así, y con los datos recabados tras una noche de allanamientos en la que quedaron demoradas dos personas, el fiscal aseguró que “las características del hecho demuestran con la mayor probabilidad que fue en ocasión de robo”.

“La policía científica comprobó que la caja estaba abierta y estaba todo revuelto”, añadió y señaló que Franco Morgans estimó que faltaban unos 5 mil pesos de la caja, la recaudación de un día.