El presidente estadounidense, George W. Bush, confirmó este miércoles que el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, ha renunciado al cargo y será sustituido por el ex director de la CIA Robert Gates.

En una conferencia de prensa celebrada en la Casa Blanca para realizar su primera valoración de las legislativas, Bush dijo estar de acuerdo en que ha llegado el momento de un "nuevo liderazgo en el Pentágono".

Según los analistas, se trata de la primera víctima política del triunfo demócrata. De hecho, la renuncia de Rumsfeld había sido reclamada con insistencia por los demócratas, los ganadores de los comicios.

Previamente, un grupo de periódicos militares habían hecho circular una editorial en la que señalaban que Rumsfeld ya no tenía apoyo civil y tampoco militar, por lo que había reclamado su dimisión.

Por otra parte, Bush negó que se esté evaluando la posibilidad de que EE.UU. se retire por estos días de Irak. Es más, aseguró que si su país se retira antes de lo debido de Irak, la zona se transformará en un santuario de Al Qaeda. 

"Si Estados Unidos se retira antes de lo debido de Irak, se transformará en un santuario de (la red de Osama Bin Laden) Al Qaeda", dijo Bush en una conferencia de prensa. 

El presidente norteamericano explicó que no comunicó antes la intención de relevar de su cargo al ex secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, porque "lo más importante para las tropas" en Irak es que el comandante en jefe no esté tomando decisiones que dependan de la coyuntura política.

Finalmente, Bush advirtió a los enemigos de su país que no deben festejar por la derrota republicana en las elecciones de ayer ni por la salida de Donald Rumsfeld de la jefatura del Pentágono. "A nuestros enemigos: no celebren, no confundan. Nuestra Nación está comprometida a llevarlos a la justicia". Y al pubelo de Irak, le decimos que no tema porque Estados Unidos seguirá al lado de ustedes", dijo Bush en una conferencia de prensa en Washington.