Quién no hizo alguna bravuconada bajo los efectos del acohol, sin embargo, existen pocos antecedentes de personas que hayan querido meterse un paraguas en la nariz.
Jessica Yates, de 22 años, se fue a una fiesta con una amiga y cuando volvió, decidió que la noche todavía tenía algún margen para seguir un poco más. Así decidió que su nariz también merecía algo de vértigo.
El tema es que el chiste casi le cuesta la vida. El cirujano que la atendió declaró que si la punta del objeto hubiera llegado unos centímetros más arriba, la joven podría haber muerto.
¿Cuánto ingresó por el orificio nasal? La friolera de quince centímetros, según señala el portal Que. Jessica dijo que mientras se metía el paragüas no sentía nada. El alcohol que había bebido actuó como analgésico, explicaron los médicos.