El maquinista del tren que descarriló en Santiago de Compostela, España, y dejó 78 muertos se negó a declarar. El conductor, Francisco Garzón, se encuentra en el Hospital Clínico de Santiago, donde el jueves se lo detuvo oficialmente y se le leyeron sus derechos

La labor en la causa se centra ahora en averiguar por qué la formación llegó a la curva con exceso de velocidad. El límite fijado para ese tramo es de sólo 80 kilómetros por hora, pero el Alvia Madrid-Ferrol dobló esa cifra y descarriló a una velocidad de 190 kilómetros por hora.

Según consigna el diario El Mundo, de Madrid, Garzón se encuentra en el Hospital Clínico de Santiago, donde estaba custodiado por agentes de la Policía Judicial y este sábado pasará a disposición judicial.

El titular Juzgado de Instrucción Nº 3 de Santiago instruye el caso y ha sido liberado de los otros asuntos en el juzgado para dedicarse a tiempo completo al accidente para acelerar la investigación.

El maquinista se ha acogido al derecho de todo detenido de declarar sólo ante el juez y declinó hacerlo ante los agentes de la brigada judicial de la Policía Nacional. En todo momento, Garzón estuvo acompañado por un abogado.

Por su parte, el secretario de organización del sector ferroviario de UGT en Galicia, Ángel Rodríguez, señaló que el conductor sufrió golpes en la cabeza, se rompió varias costillas y tiene una fisura que le afecta el pulmón, a causa de lo cual, permanece sedado.

Sobre el maquinista, el dirigente dijo que “no era de los que corría; es muy sensato; cuesta creer que cometiera una imprudencia por su carácter y porque tiene experiencia como el que más”, habida cuenta de que trabajaba en la línea donde se produjo el accidente desde que comenzó a operar hace año y medio.

En relación con la probable causa del descarrilamiento, Rodríguez conjeturó que "no es sólo un fallo humano. Tuvo que haber algo más", afirmó.