Turquía entró hoy en una nueva fase de su historia, al elegir el Parlamento a un islamista, Abdullah Gül, como presidente de un país con una larga tradición secular.

En su discurso ante el Parlamento, Gül defendió vigorosamente los principios fundamentales de la República, especialmente el principio del secularismo, que definió como una norma para la paz social, que también garantiza la libertad de religión.

"En mi capacidad como presidente de la república yo juro por mi honor e integridad ante la nación turca y ante la historia salvaguardar la existencia y la independencia del Estado", dijo Gül al jurar el cargo para los próximos siete años. Asimismo, se comprometió a defender "la integridad indivisible de la Nación, cumplir con la Constitución, el papel de la ley, la democracia, el principio de la República secular".

En su discurso subrayó que con su elección, Turquía ha optado por ser miembro de la Unión Europea y debe continuar por esta senda, sin importarle cuál es el ambiente político en una Europa cambiante, mediante reformas para bien del pueblo.

Es la primera vez que al más alto puesto del Estado, ocupado en su día por Mustafa Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía moderna y secular, accede un hombre de orientación islámica.

Gül es la mano derecha del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, líder del Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), e integró su gabinete como ministro de Asuntos Exteriores durante cuatro años. Sólo la idea de que un "islamista" pueda presidir la república fundada por Atatürk es completamente inaceptable para los círculos más seculares, como el principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP).

Sus integrantes lograron impedir el nombramiento de Gül en la pasada primavera, desencadenando así una crisis que condujo a elecciones generales anticipadas en julio, y consiguieron su fracaso en las dos primeras rondas de esta elección parlamentaria, los pasados días 20 y 24, cuando el candidato necesitó dos tercios de los votos.

Pero no pudieron impedir su triunfo hoy, en la tercera ronda, cuando a Gül le bastaba una simple mayoría absoluta: recibió 339 de los 448 votos emitidos en la Gran Asamblea Nacional (de 550 escaños). Sus contrincantes, el nacionalista Sebahattin Cakmakoglu y el socialista Tayfun Icli, obtuvieron 70 y 13 sufragios, respectivamente, mientras que 24 diputados votaron en blanco y dos papeletas fueron inválidas.

Erdogan anunció que presentará mañana la formación de su nuevo gabinete, tras las elecciones generales del 22 de julio. Y es que el antecesor de Gül en la jefatura del Estado, Ahmet Necdet Sezer, se había negado a dar su visto bueno al nuevo Ejecutivo y consideró que había que esperar al nombramiento de su sucesor en el cargo.

Ahora los observadores se preguntan cómo van a reaccionar los círculos más seculares, y en especial el poderoso Ejército, al hecho de que las tres posiciones clave del poder del Estado hayan pasado a manos del islamista AKP: el presidente, el primer ministro y el presidente del Parlamento.

Además, de acuerdo con la Constitución turca, el presidente es también el jefe de las Fuerzas Armadas, uno de los núcleos duros del laicismo.

El 27 de abril el Ejército dejó clara su postura en un memorándum cuando advertía de que defenderá a ultranza los principios seculares, y ayer volvió a aparecer con un mensaje más suave contra el islamismo.

El jefe del Estado Mayor, el general Yasar Büyükanit, aseguró en su mensaje con motivo del Día de la Victoria, una festividad militar que se celebra el 30 de agosto, que los ataques contra Turquía desde el interior y el exterior han aumentado en los últimos días. Habló de fuerzas que no son capaces de entender la base científica y lógica del "pensamiento kemalista" y tratan de socavar el secularismo del Estado.

Para los analistas turcos, este tipo de declaraciones en el "Día de la Victoria" son habituales, pero adelantar el mensaje tres días para hacerlo público un día antes de la elección de Gül fue algo muy "significativo".

En turco, la palabra Gül significa "rosa", lo cual simboliza un modo armonioso de tratar las cosas, buscando la unidad, pero nadie sabe si en la presidencia Gül logrará ganarse la confianza del Ejército, que tiene un historial de cuatro golpes militares (en 1960, 1971, 1980 y 1997).

Hayrunisa Gül, la esposa del nuevo jefe de Estado, ha estado excluida de las invitaciones a la presidencia, a pesar de que era la mujer del jefe de la diplomacia, por llevar en público el velo musulmán sobre su cabeza, prenda prohibida en las instituciones laicas de Turquía.

Así, tampoco podía hoy estar presente en la ceremonia en el Parlamento, ni en la transferencia del poder de Sezer a Gül en el presidencial Palacio de Cankaya, que sin embargo se convertía esta tarde en su propia residencia.

Muchos ciudadanos confían en que Gül encontrará el camino para aplacar las tensiones: el nuevo presidente ya aseguró, antes de su nombramiento, que respetará y defenderá los principios básicos de la república kemalista y del secularismo.

La mayoría de los analistas políticos esperan que la "era de Gül" fortalezca al país en su camino hacia la Unión Europea y en su papel en Chipre, mientras que los círculos comerciales esperan más apoyo para el desarrollo de actividades y vínculos internacionales. Y los diputados independientes de origen kurdo que lo apoyaron hoy en el Parlamento esperarán que el nuevo presidente les allane el un camino para reconocer los derechos culturales de los ciudadanos kurdos.

Fuente: EFE