En la ruta del dinero K. El juez Sebastián Casanello a cargo de la causa de Lázaro Báez por lavado de activos ordenó anoche el allanamiento de las cajas de seguridad que éste posee en el Banco Santa Cruz. Por otro lado, un testimonio complica al empresario patagónico: el testigo de casamiento de Leonardo Fariña y Karina Jelinek, Maximiliano Acosta, declaró ante la Justicia que adquirió una millonaria propiedad en el Uruguay para el clan Báez. Amenazado, acudió a la diputada nacional Elisa Carrió por protección.
Según publicó La Nación, el operativo se llevó a cabo este miércoles minutos antes de la medianoche. Con la presencia de Gendarmería, personal de civil retiró en menos de una hora el contenido de las 14 cajas de seguridad de Báez. El objetivo era obtener el detalle de todos los ingresos y salidas de valores de las cuentas de SGI –más conocida por la investigación de Jorge Lanata como “La Rosadita”– que, de acuerdo con las pruebas de la causa, operó con cinco bancos –Galicia, Columbia, Francés, Hipotecario, Comafi– y con la firma Metrópolis.
Además del allanamiento de las cajas –sobre cuya existencia Casanello recién tomó conocimiento la semana pasada–, el juez comandó una investigación en Panamá, donde se sospecha que se crearon las sociedades utilizadas por los supuestos cómplices de Báez para lavar cifras millonarias. Uno de ellos, Fariña, cuyo testigo de casamiento complejizó el caso: Acosta juró ante la Justicia que fue él quien firmó un boleto por la compra de un campo en Uruguay en 2012, por 14 millones de dólares, y que quien se quedó con la propiedad fue Daniel Pérez Gadín, contador del empresario Lázaro Báez.
Pero atemorizado ahora por las amenazas de muerte que recibió, acudió a la legisladora del ARI. “Que nadie lo toque”, advirtió Carrió y aclaró: “Pérez Gadín es Lázaro Báez. Acosta no lo sabía cuando participó de la operación”. Es más, Acosta ni siquiera es amigo personal de Fariña: le salió de testigo, según Acosta mismo precisó, luego de una reunión de negocios que habían compartido ambos con un gerente de Volkswagen. El futuro esposo de la modelo le había pedido sus DNI porque dijo que había conseguido fecha para la boda y debía decir en ese momento quiénes iban a ser los testigos.
Según publicó La Nación, el operativo se llevó a cabo este miércoles minutos antes de la medianoche. Con la presencia de Gendarmería, personal de civil retiró en menos de una hora el contenido de las 14 cajas de seguridad de Báez. El objetivo era obtener el detalle de todos los ingresos y salidas de valores de las cuentas de SGI –más conocida por la investigación de Jorge Lanata como “La Rosadita”– que, de acuerdo con las pruebas de la causa, operó con cinco bancos –Galicia, Columbia, Francés, Hipotecario, Comafi– y con la firma Metrópolis.
Además del allanamiento de las cajas –sobre cuya existencia Casanello recién tomó conocimiento la semana pasada–, el juez comandó una investigación en Panamá, donde se sospecha que se crearon las sociedades utilizadas por los supuestos cómplices de Báez para lavar cifras millonarias. Uno de ellos, Fariña, cuyo testigo de casamiento complejizó el caso: Acosta juró ante la Justicia que fue él quien firmó un boleto por la compra de un campo en Uruguay en 2012, por 14 millones de dólares, y que quien se quedó con la propiedad fue Daniel Pérez Gadín, contador del empresario Lázaro Báez.
Pero atemorizado ahora por las amenazas de muerte que recibió, acudió a la legisladora del ARI. “Que nadie lo toque”, advirtió Carrió y aclaró: “Pérez Gadín es Lázaro Báez. Acosta no lo sabía cuando participó de la operación”. Es más, Acosta ni siquiera es amigo personal de Fariña: le salió de testigo, según Acosta mismo precisó, luego de una reunión de negocios que habían compartido ambos con un gerente de Volkswagen. El futuro esposo de la modelo le había pedido sus DNI porque dijo que había conseguido fecha para la boda y debía decir en ese momento quiénes iban a ser los testigos.