Mucho se ha hablado, mucho se ha escrito en los últimos tiempos sobre los estragos que hace el avance de la droga en los barrios de Rosario.

Este martes, en el programa A diario, que conduce en Radio 2 Alberto Lotuf, se pudo conocer otro enfoque: el de un chico, un joven, que no se droga, pero que ve cómo la droga afectó a sus amigos de toda la vida. Y cómo lo separó de ellos.

El siguiente es el texto que Nemo le mandó a Lotuf:

“Hola Turco, escucho tu programa todos los días, te admiro y es por eso que te escribo: me gustaría contarte un poco del como es mi vida hoy en día, y que a muchos mas les pasa lo mismo.

De lo que voy a hablarte es de la amistad en estos tiempos.

Crecí con un exelente grupo de amigos a mi lado, pasamos hermosos momentos juntos y cuando eran malos estábamos aún mas unidos. Todo era color de rosa, hasta que llegó la droga al grupo. Al principio eran unos pocos los que lo hacían, meses después, éramos pocos los que no.

Fue pasando el tiempo y cada vez era peor. Si bien trataba de hacerles entender que estaba mal, ellos me decían: «No pasa nada, es para divertirnos». Primero era sólo marihuana; después llegó la cocaína. Fue impresionante el cambio que vi en ellos, sus actitudes, sus forma de ver las cosas. Creían que lo que ellos pensaban y hacían estaba bien y el que no pensaba como ellos era un estúpido.

Empeze a sentirme incomodó, no me sentia bien. Al lugar que íbamos si no había droga no se podían divertir. Se llegó al punto en que no salían a bailar; para lo único que gastaban plata era para esa poqueria.

Se empezaron a perder los códigos; no respetaban que no quisieras salir o te decían de todo si te ibas a bailar y no te quedabas con ellos. Si te ibas con tu novia eras un dominado, si salías con otros amigos un traidor. También empezaron a meterse en las relaciones de los demás: vivían desubicándose con las parejas de los demás. Para ellos si vos te enojas sos un celoso; nunca se van a hacer cargo de sus actos; siempre la culpa la tiene el otro .

Algunos empezaron a conseguir cosas robadas y sus padres orgullosos porque sus hijos tenían su motito. Mirá hasta dónde llega la negación, que no quieren ver que es imposible comprarte una moto sin plata y sin trabajo. Están mas preocupados por hablar mal de los demás, y ver con quién se pelea Ricardo Fort, que en lo que hacen sus propios hijos .

Hace unos años pasé por una situación personal en la que necesité de ellos, de nuestra amistad, de su apoyo. Y me fallaron. Sabían que los necesitaba, pero ninguno se preocupó.

Por ese motivo y muchos más decidí alejarme.Hace varios años que no me junto con ellos. Trato de no salir mucho por el barrio, porque según ellos me fui por una mina y lo que ellos dicen es ley ¡Y claro! todos me miran mal , porque soy el traidor que se cagó en la amistad por una mina.

La droga se apoderó de ellos, y por no compartir su pensamiento, por tratar de hacer las cosas lo mejor posible, tengo que vivir escondiéndome. Trato de no pasar por donde viven para que no me insulten. No me parece justo .

Hace unos meses me crucé con la madre de uno de los chicos. Me dijo que era un mal amigo, que por una chica dejé todo. No sabés la impotencia que sentí. Lamentablemente si digo por qué me fui voy a tener mas problemas de los que tengo.

Me pregunto si algun día esto va a cambiar, que la palabra vuelva a tener valor, que la amistad sea para siempre, que respeten tus deciciones y entiendan que muchas veces hay que alejarse de lo malo y buscar lo bueno. Que los buenos vayan con la frente en alto y los malos agachen la cabeza y quieran cambiar. Hoy en día la diversión es maldad, la juventud tiene la mente podrida y los padres la mente en blanco.

Esta es mi vida: no soy el único, somos muchos los que tienen el mismo problema.

Mientras ellos hacen mal las cosas y disfrutan de la vida nosotros tenemos que callar. Y pedirle a Dios que algún día se den cuenta que no son dueños de la vida de los demás. Ojalá que los padres entiendan que no son perfectos, que escuchen a sus hijos, se preocupen, que se comporten como lo que son, “padres”. Así, quizás, la vida sea mejor para todos”.