El mandato materno prohíbe jugar con la comida, pero nada dice de hacer música con la cuchara. El aprendizaje lleva tiempo y talento, como lo demuestra este músico callejero filmado por un peatón casual. El instrumentista se anima a "Insomnia", de Faithless, y transforma la vereda en una disco.

La técnica consiste en golpear la parte cóncava del cubierto contra otra superficie que puede ser otra igual, una mesa o el propio cuerpo.

La tradición tiene más de doscientos años y reconoce influencias en diferentes pueblos y folcores como el irlandés, el ruso y el británico, entre otros.

Cuál de todas éstas influencias prevalece en este experto callejero, no se sabe, como tampoco su nombre. El único dato es que toca como pocos.