Los inventos más extraños que uno se pueda imaginar se pueden encontrar esta semana en Suiza, donde empresas, investigadores, inventores, universidades y organismos diversos se han dado cita para presentar sus innovaciones en el Salón Internacional de Inventos de Ginebra.

Los organizadores esperan recibir a unos 65.000 visitantes. Más de la mitad de ellos, un 55%, serán industriales, distribuidores y empresarios a la caza de nuevos productos que comercializar. En la edición de 2007 se negociaron licencias por un monto superior a los 40 millones de dólares.

La garantía de que los visitantes sólo encontrarán inventos inéditos la ofrece el hecho de que el salón exige que éstos sólo pueden ser expuestos una vez en Ginebra y deben estar protegidos por un título de propiedad intelectual. Los mejores inventos serán galardonados con el Gran Premio del Salón y otros 49 premios especiales del jurado.

El mayor número de inventos presentados este año pertenece a los terrenos de la medicina y la salud, la protección del medio ambiente, la mecánica, la electrónica y la informática, sin olvidar transportes, deportes y ocio, juguetes o muebles.

Hay, por ejemplo, una maceta con autorriego, un dispositivo aplicador de desodorante u otros fluidos en la planta de los pies y un rocódromo articulado motorizado.

Otros inventos que llaman la atención son un dispositivo para eliminar las ondas electromagnéticas emitidas por el móvil, una máquina capaz de hablar varias lenguas además de traducir al lenguaje sordomudo y un maletín que se puede transformar en un escritorio diseñado para escribir.