La suspensión tanto de clases como de actividades paralelas (idiomas y deportes) plantea un difícil desafío para toda familia. ¿Qué hacer con los más chicos mientras dure la "reclusión"? En un intento por aportar a la convivencia, Rosario3.com propone una guía de alternativas para entretener a los niños y no morir en el intento.
1) Lo que nadie quiere hacer: la tarea de vacaciones. Si bien no es la opción más entretenida y probablemente sea la que genere más resistencia por parte de los chicos, sin dudas es la opción útil. Aunque parezca que falta mucho para que vuelvan las clases, lo concreto es que en algún momento reabrirán los colegios. Este tiempo en casa debería servir para ponerse al día con los temas dados y profundizarlos. En muchos casos, los maestros dejaron materiales en fotocopiadoras cercanas a las escuelas. Otros profesores los enviaron por email. Los padres pueden acompañar la realización de estas tareas y, si se acaban rápido, pueden armar ellos más ejercicios.
2) La niñera es la "caja boba": televisión y DVD. Afortunados aquellos que tienen cable, más aún antena satelital, por la cantidad de canales infantiles que se tiene a mano. Pero no es cuestión de encender el televisor apenas los chicos se levantan y ponerles una película cada noche. A los programas que suelen ver los más chicos se pueden sumar, según su edad, propuestas de otros canales como Encuentro, Infinito y Discovery (propuestas que muchas veces se pueden disfrutar en familia). Lo mismo se aplica a los DVD. Si bien este tiempo en casa puede servir para volver a ver (una y otra vez) los clásicos infantiles que los menores ya conocen de memoria (High
School Musical, la colección de Barbie, La era del hielo), se puede apelar siempre a clásicos de antaño como "La novicia rebelde" y "Mary Poppins".
3) Chicos online: internet y videojuegos. Es la alternativa que nunca falta. Se pueden encontrar muchos juegos en la web para pasar el tiempo (juegosdiarios.com, juegosonline.net, juegosjuegos.com, rinconjuegos.com), aunque también hay sitios web educativos (experimentar, fundacion leer) que se las ingenian para seducir. Los chicos más grandes pueden chatear con sus amigos, ideal con supervisión. Al menos les sirve para realizar "encuentros virtuales" con sus amigos. Los padres que tengan algún dinero en casa y quieran invertir agradecerán el consejo: busquen una play station o una wii a buen precio. Hay muchos juegos para entretenerse, pero además ejercitarse física y mentalmente.
4) A jugar se ha dicho: juegos de mesa, de cartas y de papel. El juego de la vida, TEG, Jenga, Scrabbel, Memotest, Pictionary, Ludomatic. La lista no termina. Benditas las abuelas y las tías que en sucesivos cumpleaños aportaron a completar la colección, que en este mes de hogar se puede aprovechar al máximo. En particular, los juegos
más largos e interminables que tienden a cansar y dormir a los más chicos. También se pueden desempolvar viejos desafíos como La Lotería y El estanciero. Con lápiz y papel se puede jugar al Tutu Frutti y si hay "onda" al Dígalo con mímica. Otra opción es buscar un mazo de cartas para desafiarse al Culo Sucio, Desconfío, Chancho va y La casita robada.
5) Inventar a dos manos: manualidades varias. Para las nenas, ideal preparar una "fábrica de collares, anillos y
pulseras". Si bien el juego viene en cajita a módico precio, siempre se puede idear una versión casera con fideos del estilo municiones: se los pinta, se los pone en hilos y se arma lo que se quiera. Para los chicos, se impone hacer algo de carpintería. También se pueden armar avioncitos, autitos o trencitos de papel. Otra opción, sin género, es disfrutar algún juego de química o de magia. O atacar esas cajas de cartón en las que venía algún electrodoméstico para convertirlo en casa de juegos.
7) La vuelta de un clásico: la lectura. ¿Por qué no proponer a los chicos leer los textos clásicos originales de las películas que más les gustan, como Cenicienta, La bella durmiente, Peter Pan? Los más grandes pueden leer (o volver a leer) la colección completa de Harry Potter. O adelantar alguna lectura que se haya sugerido desde la escuela. A los que no los seduzcan los libros, pueden dedicarse a las revistas infantiles que suelen traer
además desafíos, juegos y dibujos para colorear.
8) La imaginación al poder: disfraces, juegos de rol y obras de teatro. A buscar en el baúl de la abuela ropa vieja y disfraces. Chicos y chicas se ven seducidos de igual manera ante la posibilidad de transformarse, convertirse en alguien más. De este modo se pueden plantear juegos de rol. Y habrá padres que deberán apelar a su paciencia como espectadores de las obras de teatro que surjan en este período de reclusión. Por lo general, obritas inventadas con mucha improvisación. Pero el tiempo de producción que demanda vale la pena.
9) Con una ayudita de la tecnología: fotos y videitos con la cámara. Nada mejor que una galería de fotos familiares. No se trata solo de las imagenes que luego irán a portaretratos. Se pueden lanzar desafíos como armar galerías de fotos de caras sonrientes, tristes, enojadas, miedosas. Fotos con caras raras que hacen muecas para llorar o reír. Además, aún los modelos más básicos y antiguos de cámaras digitales ofrecen la posibilidad de hacer videos. Quizás se pueda sugerir a los más chicos la producción de películas breves o publicidades de productos inventados. Pueden buscar música para acompañar. Si buscan algún libro clásico, pueden recrearlo ante las cámaras.
10) Una misión impostergable: hablar de la gripe A. El tema preocupa a los grandes, pero los chicos también pueden sentir angustia cuando se habla de "virus", "enfermedad", "infección", "muertes". Parte de este tiempo en casa se podría dedicar a explicar en qué consiste la gripe A y en los recaudos que hay que tomar pero sin tono fatalista. De hecho, se pueden buscar alternativas pedagógicas para incorporar a los menores de la casa en el tema: que ayuden a confeccionar alcohol en gel según indica la web o recortar barbijos de ropa vieja y agregarles lentejuelas.


