Una marea de hinchas argentinos deambulaba este martes por las calles de San Pablo. Fundamentalmente, se ubicaron entre el sambódromo y el estadio. Allí llegaron en procesión los pocos privilegiados que tenían entradas para estar en el duelo de octavos de final ante Suiza. Los otros iban rumbo al Fan Fest.

El playón de estacionamiento del gigante estadio, principalmente utilizado para los desfiles de las “escolas do samba” en los carnavales de verano, fue abierto el sábado para los argentinos que no tenían hotel, pero recién anoche se mostró colmado de fanáticos albicelestes dispuestos a vivir el clima del Mundial.

Música en altoparlantes de vehículos, cumbia y reggaeton preferentemente; rondas populares de fernet con gaseosa en botellas de plástico cortadas a la mitad; y cánticos dedicados al seleccionado argentino y en especial a Lionel Messi, fueron el denominador común de los seguidores hasta bien entrada la madrugada.

No importó el frío, tampoco el dormir pocas horas, o ninguna, pues simplemente todos querían vivir hoy la fiesta del Mundial y en especial la presentación de Argentina ante Suiza por los octavos de final en la urbe paulista.

Sin embargo, unos pocos fueron los privilegiados que consiguieron entradas para asistir al juego y que arrancaron esta mañana el camino rumbo al Arena Corinthians, ubicado en el Municipio de Itaquera, distante unos 20 kilómetros del Sambódromo.

El resto inició la procesión para vivir el partido en el Fan Fest de la FIFA, en la zona céntrica de Vale do Anhangabaú, que tiene capacidad para unos 20 mil espectadores y al que hay que llegar temprano porque suele colapsarse rápido de gente los días de partidos importantes, como los de Brasil o el de hoy de Argentina.

Igualmente, a la gran mayoría no le importó el hecho de haber viajado tantos kilómetros hasta San Pablo y no poder vivir in situ el duelo del seleccionado capitaneado por Lionel Messi, porque de todas maneras pudieron empaparse del clima del Mundial y compartir con sus compatriotas unas jornadas de fiesta.