El grito de “gorro, bandera, vincha”, o la corneta que anuncia la presencia de un puesto con banderas, gorros, camisetas y todo tipo de artículos albicelestes, se escuchó mucho menos en este sábado gris en Rosario. A diferencia de los tres primeros partidos en el Mundial, la previa local estuvo marcada por la lluvia y los vendedores ambulantes que armaban sus puestos en cada esquina o plaza, esta vez no tuvieron tanta presencia. Sin embargo, en los interiores de los bares, las banderas y los anuncios del partido contra México, sí le dieron el clima mundialista a la ciudad y al sueño de jugar la final el 9 de julio.