Lejos del centro de Victoria, cuando todo lo pintoresco de la ciudad de las rejas empieza a desaparecer para convertirse una monótona serie de casas despojadas de cualquier delicado trabajo de herrería, se erige desde la vereda un humilde cartel que anuncia: “Museo Ovni”. Silvia Perez Simondini lleva adelante este ambicioso proyecto desde hace dos años, y ya lo visitaron más de 6 mil turistas.

“El museo nace porque ya habíamos juntado mucho material, y Nicolás Ojeda, un investigador rosarino, me dona la biblioteca en la que venía trabajando desde 1953. Decidimos hacer algo para compartirlo. Por que la gente está acostumbrada a escuchar, pero no a ver trabajos de investigación”, cuenta orgullosa Silvia.

Obvio que su pasión no cayó del cielo. Detrás de esta recolección de documentos y libros, la señora Simondini guarda una jugosa historia que data de 1968. Por aquellos años vivía con su marido y su hija en Caleta Olivia, Santa Cruz. Una noche escuchó gritos en la calle, “y en la patagonia para oir gritos tiene que pasar algo grande”. Cuando salió, preocupada por su hija, se encontró con todos sus vecinos mirando sobre su casa, entonces miró ella también y se encontró con “un tremendo ovni que hizo como una explosión sin ruido y de su panza salieron 5 ovnis chiquitos”. A partir de ese día su vida cambió para siempre.

Bolas de fuego

Victoria está hoy en medio de un proceso de oleada de luces intraterrestres, “son como bolas de fuego”, aclara Andrea, hija de Silvia y una de las principales investigadoras de Visión Ovni. Se la ve muy emocionada con el caso. Es que, además de las luces, la semana anterior a la noche buena hubo un estallido en un generador que abastece de luz eléctrica a la ciudad y los técnicos no tienen ni idea de cómo pudo haber sucedido. “Se rompió un generador y la planta central siguió abasteciéndose con un campo electromagnético muy fuerte”, agrega Andrea con un tono en el que se mezclan la incertidumbre con la presunción de estar bien encaminada en su proyecto.

Según nos cuenta, las bolas de fuego aparecen allí desde principio del siglo XX. “Personas de más de noventa años nos relatan historias de su infancia en Victoria en las que ya se veían”, explica Simondini.

Pero las Simondini saben que hay mucho de fantasía y sugestión en todo lo que gire entorno a avistamientos de objetos no identificados. “En este fenómeno se dicen tantas cosas, pero si no se prueban, no podés aseverar absolutamente nada. Nosotros, como equipo de investigación, lo que intentamos hacer es que todo tenga evidencia. Si no lo podemos evidenciar no existe. Que la ciencia nos de la respuesta de todo lo que podemos recoger como investigadores”, nos aclara Andrea, que vive en Buenos Aires, lejos de su madre, pero dónde es más fácil encontrar grupos de investigadores y aficionados con los que pueda compartir sus inquietudes.

De Victoria al mundo… y más allá

Hoy son un equipo de investigación de 15 personas que se reúnen periódicamente en Buenos Aires. Silvia Simondini representó a la argentina en el Congreso Mundial Ovni que se realizó en noviembre del 2006, allí, según nos cuenta, consiguió sorprender a astronautas rusos y norteamericanos con sus investigaciones y, sobre todo, con sus trozos de ovnis.

Es que Silvia llevó al congreso el ya famoso pedazo de metal que se expone en el museo y al que la ciencia no ha podido aún dilucidar su origen. Aparentemente un ovni, de una flotilla de cinco, explotó en el aire a cuarenta quilómetros de Victoria. Parte de los restos cayeron en una estancia y su dueño los donó al equipo para que lo investiguen. Lo más impactante es que esta rígida pieza se vuelve traslúcida cuando le sacan fotos, dejando ver los dedos de quién la sostenga. Además creen que puede contener información guardada en las extrañas e irregulares rayas que la atraviesan.

 

En pleno auge del turismo interior, cuando miles de turistas van y vienen cruzando el puente que une a Rosario con Victoria, el Museo del Ovni es una alternativa más que atractiva para aquellos que vivieron su adolescencia leyendo revistas Conocer y saber o viendo V invasión extraterrestre por la tele. Además, ¿quién se atreve a refutarles alguna teoría?