Una verdadera película de terror vivió en su propia casa una familia de Luis Palacios, pueblo ubicado unos 20 kilómetros al noroeste de Rosario. Sufrieron un violento asalto y estuvieron retenidos en la vivienda durante una hora en plena tarde, hasta que los delincuentes huyeron con dinero y objetos de valor.

El hecho ocurrió el miércoles, cerca de las 18. Ahora las víctimas decidieron hacerlo público y reclaman justicia y mayor seguridad, aunque quieren irse del país, cansados de la desprotección.


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“Yo estaba en la pileta cuando veo que ingresa a través de la tranquera un auto, un Volkswagen Passat color gris. Bajó un hombre vestido de policía y me dijo que tenía que hacer un allanamiento porque yo era un narco”, comenzó relatando Juan Carlos Salerno, dueño de casa, en contacto con Rosario3.com.

“Me llamó la atención y cuando le pedí la orden se pusieron violentos, eran cinco hombre fuertemente armados. Uno me empezó a pegar, otro separó a mi hijo de seis años en una habitación y otro redujo a mi esposa”, prosiguió.

En ese escenario, ya en el interior, transcurrió la hora siguiente, eterna para el hombre de 57 años y el resto de su familia. “Tumbaron y rompieron todo con gran agresividad. Pedían que les entregara dinero. El más grandote me golpeaba y me gatillaban en la cara con una pistola 9 milímetros”, relató Juan Carlos, que se recupera de los golpes recibidos, sobre todo en el rostro y el resto de la cabeza.

Contó que los ladrones se hicieron de unos 200 dolares y 400 pesos que había en efectivo en el lugar, además de armas de caza propiedad de Salerno y otras pertenencias menores como joyas, relojes, teléfonos celulares y hasta juguetes.

Después de un largo rato se retiraron en el vehículo en que llegaron, en dirección hacia Rosario. Salvo uno que se tapó parcialmente, el resto actuó a cara descubierta. “Ninguno pasaba los 35 años y tenían pinta de ser de Buenos Aires”, comentó la víctima, de acuerdo al acento con el que hablaban los delincuentes.

Relató además que lo llamaron por su nombre y que decían estar “cubiertos” por la policía local, con la que, de acuerdo a su testimonio, parecían estar comunicados a través de un handy durante el suceso.

Aseguró que sólo a él lo agredieron físicamente, ya que a su esposa “la respetaron muchísimo” y el hijo quedó en una habitación mirando una película. “Pero el nene vio todo y relata cosas como si se tratase de una película más”, apuntó.

Y lleno de indignación aseveró: “Mi señora es cubana y nunca vivió una cosa así, más allá de que hace algunos meses nos asaltaron en lo de unos amigos en Granadero Baigorria. Se quiere ir del país, y yo también me voy a ir del país”.

La sospecha

Si bien hizo inmediatamente la denuncia en la comisaría 10ª de Luis Palacios –queda a cuatro cuadras de la casa y fue su mujer en bicicleta, ya que se quedaron sin teléfonos–, y la investigación quedó en manos policiales, Salerno tiene su propia hipótesis en base a algunos hechos previos.

“El 26 de noviembre último estábamos sin casero y apareció un pibe de 32 años, de Buenos Aires, ofreciéndose para el puesto. Lo tomamos a prueba y cuando hicimos un viaje a Buenos Aires para un trámite, nos robó. La policía lo demoró unas horas y después quedó libre”, contó el hombre asaltado, sospechando que aquel efímero empleado pudo haber aportado información a la banda que operó ahora.

Finalmente, sostuvo que la inseguridad es moneda corriente en el pueblo y la zona y como ejemplo recordó el caso de dos personas mayores de Luis Palacios que este año fueron brutalmente asaltadas por ladrones que habrían manejado el dato sobre una venta previa de hacienda.