Verlo caminar a Messi en el Maracaná es mucho más impresionable que verlo deambular por el Camp Nou. Y si la del Maracaná es la final de un Mundial, mucho más todavía. Quien esto escribe puede dar fe de ello.

Pero es un tic de Leo, tiene momentos de desenchufe en casi todos los partidos.

De hecho, llamó la atención su desgaste frente a Bolivia en la altura de La Paz hace unos pocos días por las Eliminatorias, con una predisposición para la marca en la mitad de la cancha que no tiene que ver con sus características y menos todavía en las condiciones más adversas que puede afrontar un futbolista del llano. Una excepción a la regla.

Parece que en Cataluña empezaron a oler sangre por la probable salida del astro el año que viene y decidieron ponerle la lupa bien encima, más minuciosamente. 


Barcelona estuvo flojito el miércoles frente al Dinamo de Kiev por la Champions, pero igual ganó. Más allá de la imagen del equipo, se impuso en los 3 que jugó y el acceso a octavos será un trámite, pero la imagen de Messi desentendiéndose casi con desdén de un rival que le pasó con la pelota dominada prácticamente por al lado llamó la atención. Porque llama la atención aunque falte apenas un minuto. O visto al revés, lo que es lo mismo, no se negocia un último esfuerzo justamente cuando falta un minuto.

Lo que no debería sorprender es ver a Messi en esa postura. Viene con el combo.

Verlo caminar por momentos a Leo en el Maracaná frente a Alemania en la final de 2014 generó un escozor difícil de explicar y de mensurar. Pero quien se haya asombrado (aquella y esta vez) no lo tiene muy visto al capitán de la selección y del Barsa. 

Lo que sí asombra es que la queja por aquella caminata haya sido tan tibia como las actuaciones de Leo en las finales de Copa América frente a Chile, en las que también caminó un rato largo.

Pero ésa es otra historia: la condescendencia con las estrellas a veces es una burda adulación. Todo sea por una entrevista más. Y esa también es otra historia. 

Es cierto, que camine de tanto en tanto no quiere decir que aporte menos que sus compañeros. Muchas veces sus destellos son harto suficientes para generar más que el resto. En todo caso podría atentar contra su imagen y eso, quedó escrito, parece no suceder. Al menos por ahora.

Un mensaje para los catalanes que recién llegan al mundo: bienvenidos, Leo suele caminar en la cancha. Y bastante. Se los juro por el Maracaná.