“La verdad es que me siento molesto. Yo no hablé de Perotti, fui muy prudente, hablé bien sobre su gesto de llamarme, no venimos con ánimos de perseguir a nadie. Pero no paran de salir decretos con nombramientos de personal político, licitaciones y más gastos”. Maximiliano Pullaro soltó esa reflexión en una de las tantas reuniones que mantuvo en la semana poselecciones, coronada este sábado al mediodía cuando le acercaron la planilla del escrutinio definitivo, que consagra ganadora a la fórmula que integró con Gisela Scaglia por 1.031.964 votos, es decir el 55,71%.

Sin fecha programada para los primeros encuentros, la transición santafesina por ahora se limita a contactos informales a la espera de las decisiones políticas de Perotti y Pullaro. 

La Asamblea Legislativa convocada para el próximo jueves será el teatro de operaciones donde se pondrá a prueba la transición. Diputados y senadores están convocados para tratar el pedido de acuerdo de 48 pliegos de jueces que el gobernador Perotti mandó la misma semana de la elección, a pesar de que Unidos ya le había dicho que no lo hiciera y luego le recomendó que los retirara. Si esto último no ocurriese entre lunes y jueves, los pliegos van a ser rechazados en su totalidad por Unidos y sus aliados. 

La decisión de rechazarlos no está relacionada a un cuestionamiento de los concursos ni de los nombres propuestos, sino a que el futuro gobierno pretende tener un mapa judicial de las necesidades y resolver en función de prioridades y “criterios de eficiencia”, antes de seguir nombrando fiscales, defensores, jueces y camaristas que, entienden, engordan estructuras que insumen recursos se necesitan aplicar donde hay problemas. 

“Perotti quiso quedar bien o le debe algún favor a alguien y por eso mandó los pliegos de jueces a pesar de que le pedimos que no lo hiciera, pero Maxi (Pullaro) no le debe nada a nadie, ni busca cobertura judicial. Viene con un plan que quiere llevar a cabo”, contó una fuente cercana al gobernador.

La molestia que expresó el gobernador electo por los decretos de designaciones motivó otra decisión que comunicó a sus colaboradores: “Avisen que los nombramientos en el marco del acta paritaria está todo bien, pero los de personal político van a ser revisadas”. 

El futuro ministro de Economía, Pablo Olivares, advirtió sobre el crecimiento del déficit en las cuentas de la provincia a partir de medidas que suman a la dinámica del crecimiento del gasto en referencia a erogaciones que no quedan en el ejercicio 2023 sino que deberán sostenerse en los siguientes. Olivares alerta que los gastos están creciendo, entiende, a una velocidad bastante mayor que los ingresos.

La semana que pasó Unidos tuvo la primera reunión en vistas al futuro gabinete. Cada partido arrimó nombres y perfiles. Asomaron las primeras tensiones, las que Pullaro suele llamar “sanas”, que “hacen a una competencia legítima y no son destructivas”. A todos les garantiza contención. En un gobierno que controlará el Ejecutivo, las dos cámaras y la gran mayoría de las comunas y municipios, lugares y espacios para que cada uno muestre lo suyo no va a faltar.

El organigrama del futuro gobierno es otra cuestión que ya se trabaja. A la fusión de Seguridad y Justicia se sumará la de Producción e Infraestructura vinculada, es decir el programa Caminos de la ruralidad, energía y conectividad; el resto irá a un segundo Ministerio de Obras Públicas e Infraestructuras Generales. Todavía está faltando una definición sobre el futuro de Aguas Santafesinas, que tiene un pie en cada lado.

Con respecto a Seguridad y Justicia, quedó descartado que se haga cargo el senador Lisandro Enrico. Por perfil y confianza fue la primera opción de Pullaro, pero por razones familiares no está en condiciones de cumplir la condición de instalarse a vivir en Rosario. El abogado Pablo Cococcioni, ex responsable del Servicio Penitenciario entre 2015 y 2019 y nombre de máxima confianza del gobernador electo, es número puesto.

De todos modos no hay que descartar a Enrico al frente de un área de envergadura en el gabinete. Acaba de ser reelecto por tercera vez con el 81% de los votos, cifra que no iguala ningún otro senador, y solo superado por el intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, con el 83%. Cumple con la idea de un gabinete “de perfil alto, con hombres y mujeres con aspiraciones, incluso de acceder a la gobernación”, como pregona Pullaro. 


Y en el medio la presidencial

 

Los primeros pasos de la transición provincial se superpondrán con la campaña nacional. Para Santa Fe, que acaba de terminar su propio proceso electoral, es desgastante y en algunos casos incómodo.

El 27 de septiembre vence el plazo para anuncio de medidas e inauguraciones para los Ejecutivos, y Sergio Massa está dispuesto a sacarle el jugo al máximo. Esta semana intendentes, presidentes comunales y legisladores santafesinos que adhieren a Unión a la Patria recalarán en el Ministerio de Transporte que comanda el rosarino Diego Giuliano. Es el mismo edificio del Ministerio de Economía, por lo cual se descuenta que Massa dará el presente para afinar la estrategia territorial y la foto, por supuesto. El 26 de septiembre está prevista la prueba de vías del tren Santa Fe-Laguna Paiva, aunque no está claro si será con la presencia del candidato presidencial.

Y aunque la elección provincial dejó tierra arrasada en el peronismo santafesino, Massa trabajará en Santa Fe con todos los sectores partidarios que adhieren a UxP y con algunos candidatos que, aunque hayan perdido, son importantes para su propósito. Entre ellos hay que anotar a Marcelo Lewandowski y Silvina Frana (544 mil votos), el santafesino Marcos Castelló (100 mil), el rosarino Lisandro Cavatorta (200 mil). Este sábado Agustín Rossi y Lewandowski compartieron un plenario en Rosario.

El massismo también apuesta a sumar el apoyo de Juan Monteverde y Ciudad Futura, que representa un espacio mucho más amplio y transversal, que el domingo pasado hizo una gran elección de 227 mil votos. Monteverde, el candidato del cambio en la ciudad, fue el punto de cruce entre los votantes de Massa y Grabois y una parte de Milei.

Lo que ahora necesita Massa es paz en el PJ santafesino. Que los pases de factura sean subterráneos y no sumen problemas. Si del gobernador Perotti esperaba poco, sus declaraciones esta semana a la periodista María Herminia Grande, descargando responsabilidades en otros y diciendo que se llamará a silencio por largo tiempo, fueron la frutilla del postre. Desde el Movimiento Evita, Gerardo Rico lo trató de cínico, y la vicepresidenta del partido, Norma López, dijo que “el mejor aporte que puede hacer Omar Perotti es gobernar hasta el 10 de diciembre y no generar divisiones internas”. 

Javier Milei no depende tanto del anclaje territorial en Santa Fe, del que carece o es ínfimo. Tampoco tiene electores que le sumen o la que ya tiene, por lo tanto es el propio hacedor de sus votos. Sumar figuras como la diputada que ejerce en Santa Fe pero vive en el Gran Buenos Aires, Amalia Granata, no le agrega. La nada despreciable suma de 345 mil votos de la lista de Granata, es parte de los 645 mil que conquistó en suelo santafesino por sí mismo.

Entre paréntesis, esa es otra muestra del fenómeno del voto cruzado: Maximiliano Pullaro fue el punto de confluencia de una abrumadora mayoría de los santafesinos que en las Paso presidenciales habían votado a Bullrich, Larreta y Milei.

Si las condiciones relativas eran peores para Massa antes de las Paso, ahora la tortilla se dio vuelta y la complicada es Patricia Bullrich, relegada en el juego de la polarización que cocinan M&M.

La candidata macrista se aferra al triunfo de Unidos en Santa Fe para sacar provecho. Pullaro le ofrendó el escenario de la victoria para que lo capitalice, y esta semana concurrió al llamado a Buenos Aires para una foto de la candidata presidencial con gobernadores e intendentes emergentes de JxC. El 22 recorrerá Santa Fe, Esperanza, Rafaela y Sunchales y la semana siguiente hará lo propio en Rosario, en plan de capturar la energía ganadora que irradia la parte de Unidos que reporta a Juntos por el Cambio. 

Seguramente será de esa partida el intendente Javkin, que entre los tres presidenciables expresó su apoyo a Bullrich. Además de que es su convicción, es un gesto de compromiso con el PRO y sectores que se referencian en Bullrich que serán aliados en el gobierno municipal a partir de diciembre.

El intendente también trabaja en el perfil de su nuevo gobierno, en el que deberá abrir lugares para reflejar el marco de alianzas que le permitió este segundo mandato. Las conversaciones con socialistas, el PRO y Miguel Tessandori se iniciaron antes de la elección general, y la semana pasada se retomaron. 

Sin definiciones todavía, Javkin ya tiene en su cabeza cuestiones a corregir y otras que quiere incorporar. El gobierno que viene tendrá un juego más abierto, con más vocerías y, al menos en puestos específicos, funcionarios de perfil más alto que los actuales. Por encima de eso, busca mayor volumen político para la gestión. La salida de Leonardo Caruana del gabinete, con lo que implicó su liderazgo, el nivel de gestión alcanzado, el tiempo que ocupó el cargo y la complejidad del sistema, convierte a Salud en el desafío más delicado que tiene que resolver Javkin. 

El nuevo gobierno de la ciudad será ideológicamente más diverso, con la incorporación del PRO por un lado, el socialismo que reclama mayor protagonismo y el papel que se le otorgue a Tessandori, con quien Javkin, después de una áspera compulsa en las Paso, da muestras de agradecimiento por el acompañamiento en la campaña.

Esta semana poselecciones se terminó de romper el vínculo político entre Javkin y Monteverde. Lo que pareció encaminado con el compromiso inicial de juego limpio, se puso tenso durante la campaña y esta semana terminó con acusaciones cruzadas, lo que necesariamente marca un cambio en la relación polítca entre ambas fuerzas de ahora en adelante.