Sofía Jujuy Jiménez participaba como invitada en un programa de televisión cuando la conductora, Georgina Barbarrossa, detuvo su baile por "una manchita" roja en su pantalón blanco. Era menstruación. Y claro, el momento se viralizó y se comentó mucho. También en la redacción de Rosario3. Un "punteo" rápido sobre la dimensión política de sangrar.

"Nos pasa a todas las mujeres", dijo Barbarrosa mientras buscaba ocultar el cuerpo de Jujuy con el suyo. Jiménez, desconcertada, no daba crédito de la situación. Seguido, dejó el estudio para, se supone, "ir al baño".

Punto uno: las mujeres y personas gestantes menstruamos desde el inicio de los tiempos y esa "condición" de hecho, es lo que hace posible la vida misma. El patriarcado lo sabe. La industria médica, también.

Dos: la menstruación es, desde una mirada biologicista, un sangrado vaginal que ocurre cuando la posibilidad de embarazo no se concreta. 

Tres: los ciclos menstruales varían según los momentos de la vida de mujeres y personas gestantes y los ambientes en los que esos cuerpos evolucionan. Puede ser una vez al mes.

Cuatro: la sangre es roja (ni azul ni perfumada)

Cinco: una mirada más amplia del ciclo (más allá de la biología) permite pensar a la menstruación en su dimensión política y desde la singularidad de cada mujer y persona menstruante. Esto conlleva poner a la autonomía de los cuerpos en el centro de cualquier mirada y como punto de partida.

Seis: el Programa de Educación Sexual Integral (la ESI, como se conoce a la ley 26.150) es una herramienta clave para lo antes mencionado y, también, para discutir cómo y de qué manera menstruar, desde los productos de gestión hasta des-normalizar ciertos aprendizajes.

Siete: menstruar no implica necesariamente maternar.

Los puntos expuestos arriba replican solo una parte, una mirada de una mujer de clase media con acceso a una información parcial y atravesada por una "historia menstrual" urbana que fue de las toallitas a la copa. Pero hay muchas otras. En ningún caso, la menstruación debería ser tabú.

“¿En serio me decís? Estoy temblando Georgi, qué vergüenza”, fue la respuesta de Jujuy Giménez. 

Y ojalá lo que ocurrió en el programa de Georgina Barbarossa abra un debate para que cada vez menos pibas, niñas trans, adolescentes, mujeres y personas gestantes tengamos que quedarnos "en casa" porque "nos vino", nos llenemos de perfume para "no oler" o sintamos que nuestra menstruación es "algo que hay que tapar".