Esta no es una nota más sobre balaceras. Al menos, no por los considerados “ajustes” entre bandas narco que se disputan territorios a los tiros o usurpaciones. Esta es la historia de un feroz ataque en Iriondo al 1000, en barrio Echesortu, por un supuesto reclamo laboral de parte del hijo de una cuidadora que fue desvinculada por una familia.

La historia tiene capítulos. El primero ocurrió cuando un matrimonio formalizó vía legal ante el Ministerio de Trabajo la desvinculación laboral de una mujer que cuidaba a un integrante de la familia que tiene hemiplejía y necesita cuidado

De acuerdo a la información que recibió el fiscal Pablo Socca, la desvinculación comenzó cuando la cuidadora comunicó que no podía seguir trabajando supuestamente por un problema de salud. 

El domingo pasado al mediodía, la mujer que la había contratado recibió un llamado a su celular desde un teléfono fijo. Atendió. Era el hijo de la cuidadora que había desvinculado, que le recriminaba que el monto convenido por vía legal era “poca plata”.

El hijo de la cuidadora terminó la conversación con una amenaza: “Esto tiene vuelto. Yo tengo la llave de la casa de tu papá y sé dónde vive”. Llamativamente, cuando la mujer fue desvinculada dijo que no encontraba la llave de la casa, por lo que nunca la devolvió.

Horas después del llamado, la queja por el dinero se convirtió en una balacera. Fue en la madrugada del pasado lunes en Iriondo al 1000, en barrio Echesortu, donde vive el hombre con hemiplejía. Ese lugar está a muy pocos metros del edificio donde funcionó la comisaría 6ª.

En la siguiente madrugada, la del martes, la mujer volvió a recibir un llamado, pero en este caso con el ID del llamante oculto y prometió “plomo” para ella y dos familiares más

Lo curioso para los investigadores es la amenaza y acción directa. Porque en el primer llamado en el que se recriminó poca plata no se pidió un monto de dinero. Luego fue el ataque a tiros y el otro llamado, ya extorsivo.

El autor de las amenazas y sospechado de la balacera del pasado lunes fue detenido este miércoles durante un allanamiento en Pedro Lino Funes al 1700 por orden del fiscal Pablo Socca. Se presume que lo llevará a audiencia imputativa este viernes por los delitos de amenazas y abuso de armas.

El detenido es Raúl Andrés F., –curiosamente hoy es su cumpleaños número 35–. Tiene dos ingresos a comisarías en 2019, el 2 de marzo por robo y el 14 de septiembre por portación de arma de fuego de guerra; y una tercera que fue este año y reciente, el 9 de septiembre pasado por robo