La causa que investiga el triple crimen de barrio Tablada cometido el mes pasado sumó un avance el último viernes. Ocurre que una pareja fue acusada por el delito de falso testimonio, ya que –a criterio de la Fiscalía– al declarar en el marco de esa causa, ocultaron datos de relevancia, como la mecánica, el móvil del hecho y la identidad de los presuntos autores.

La hipótesis es que los imputados eran el blanco original del ataque que terminó con la vida de la pequeña Auriazul Morera y sus padres Rodrigo y Ainara Altamirano, la noche del 6 de mayo.

El pasado 1° de junio, Ezequiel Alejandro V., de 24 años, y Tamara Teresa M., de 22, comparecieron ante la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos como testigos presenciales de la masacre perpetrada en un pasillo de Garibaldi 57. Lo hicieron con el “auxilio de la fuerza pública”, en este caso l. Brigada Departamental de Balaceras de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Según fuentes de la Fiscalía, los testigos “iniciaron su deposición por separado, habiendo sido informados previamente de la obligación y/o juramento de decir verdad y de las correspondientes penalidades, y en ese marco ocultaron y negaron intencionalmente datos de relevancia en cuanto a la mecánica y móvil del hecho, como identidad de los presuntos autores”.

La teoría del caso es que tanto Ezequiel como Tamara fueron testigos porque era a ellos a quienes querían matar. Un auto oscuro los persiguió desde el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates hasta el pasillo de calle Garibaldi. Un recorrido de casi 500 metros que culminó cuando “lograron refugiarse en el pasillo lindante al que casualmente se encontraban ingresando las víctimas fatales” de los disparos que partieron del vehículo.

La declaración de la pareja fue catalogada de falso testimonio por la fiscal de Homicidios Marisol Fabbro. Por ello fueron acusados de ese delito en carácter de coautores. El contenido de su declaración no trascendió, ya que se trata de una investigación en curso, aclararon desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Lo cierto es que el juez Hernán Postma resolvió dictarles la prisión preventiva efectiva por el plazo de 30 días por no decir la verdad.

El imputado Ezequiel Alejandro V. posee antecedentes por delitos de portación de arma, robo y hurto, y en abril de 2019 fue condenado en un juicio abreviado a 3 años de prisión efectiva, confió una fuente. En tanto, en marzo pasado, el joven y su pareja ahora imputados fueron allanados en una vivienda del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates en una causa por extorsión y balaceras, aunque la medida no arrojó resultados.

 “Esto es algo que no se va a superar nunca más, matan a inocentes y la gente está aterrorizada”, había dicho el lunes siguiente al crimen la madre de Ainará Altamirano, llamada Karina.

Esa noche trágica estuvo a punto de verse con su hija y Rodrigo (26), que se había quedado sin trabajo y pensaba pasar por la casa de la madre de Karina a buscar un bolsón con mercadería. Pero se habían escuchado “siete balaceras” en el barrio, como una premonición, y les pidió que fueran al día siguiente.

Se fue a su casa y a los veinte minutos la empezaron a llamar de números que no tenía agendados: eran muchos vecinos que se querían comunicar para avisarle lo que estaba ocurriendo en ese momento en el pasillo de barrio Tablada. “Después mi nena atendió y era todo un griterío, no entendíamos nada, los vecinos me llamaban y me decían que le habían pegado a mi yerno y a mi hija”, siguió contando.

“Cuando vine encontré el cuerpo de mi yerno ya sin vida, a mi hija tirada, la nena no estaba. Estaba la Gendarmería y nadie quería hacer nada. Con dos personas más y mi esposo la levantamos, la subimos al auto, la llevamos al Roque Sáenz Peña y cuando llegamos ya estaba mi nieta también”, relató.