1 – Roberto Abbondanzieri: “¡Terrible arquero! El Pato tenía unos reflejos extraordinarios y los brazos más largos que el Pato Fillol. Central es cuna de grandes arqueros y Abbondanzieri fue uno de ellos. Cuando llegué a Central, me recibió bárbaro y me abrió la puerta del club”.
2 – Rolando Schiavi: “Un ejemplo de perseverancia. El Flaco fue un defensor durísimo que contagiaba desde lo físico. Fuimos compañeros en Argentinos. Cuando llegó al Bicho pensé que le iba a costar, por el buen pie que exige la idiosincrasia del club. Nada que ver, la rompió y terminó realizando una carrera mucho mejor que la mayoría de los que integramos aquel plantel”.
3 – Juan Pablo Sorín: “Un lateral brasileño que nació en Argentina. Por la lesión de Leo Asencio, Luis Garisto lo hizo debutar con 17 años en la primera división de Argentinos Jrs. Me acuerdo de que jugó ese primer partido con la solvencia de un futbolista con 20 años de carrera. Después de ese debut, era un hecho que lo íbamos a disfrutar muy poco en el Bicho. Y así fue nomás, porque a los seis meses lo vino a buscar River. Cuando ambos jugamos en Francia, fue muy generoso y se portó muy bien conmigo. Hasta el día de hoy seguimos en contacto y me considero un afortunado por continuar compartiendo buenos momentos con él”.
4 – Diego Cocca: “Un futbolista muy táctico, muy aplicado, que imponía el orden. Con Diego fuimos compañeros en Argentinos Jrs. y siempre se caracterizó por ser un jugador pillo. Se daba cuenta desde adentro de la cancha como se iba a dar tácticamente cada partido. Y con el paso del tiempo, esa virtud de lectura táctica la capitalizó y la reflejó como entrenador”.
5 – Mariano Herrón: “Un cinco posicional con el ADN de Argentinos Jrs. A Mariano cuando le hizo hombre a hombre por toda la cancha a Riquelme, se lo catalogó como un mediocampista central de marca. Te quedas corto si lo encasillas solo con esa característica. Era muy completo, porque marcaba, recuperaba y jugaba. Es un divino… es un amigo”.
6 – Gustavo Costas: “¡Un líder! Gustavo fue un defensor impresionante. Por su forma rara de correr y por el codo doblado, no fue un futbolista estético, pero jugaba bárbaro. Y como entrenador lo subestimaron pero demostró que está a la altura de los mejores entrenadores del futbol argentino. Cuando llegué a Racing, antes de subir al micro, me dio la bienvenida cantando canciones del club. Su amor por Racing siempre fue igual”.
7 – Rodolfo Arruabarrena: “Un DT muy capaz que dirige como jugó. El Vasco fue un futbolista ordenado, preciso, aguerrido y que, además, convertía goles. Fuimos compañeros en Central y él fue quien me dio la asistencia para que le convierta el gol del empate a Newell’s en aquel clásico del año 1996 que termino 1 a 1”.
8 – Eduardo Coudet: “Un futbolista que sabía jugar los partidos difíciles, un DT que está totalmente apto para dirigir en Europa y un pibe que emana alegría. El Chacho tiene las cosas muy claras, siempre supo lo que hacía y sabe lo que hace. Tiene y vendió la imagen de un loco, pero loco no está. Por su manera de ser, tuvimos diferencias en las formas de liderar, lo hablamos y cada uno entendió la postura del otro. Eternamente le voy a agradecer que cuando lo necesité, me dio trabajo. Me dio la posibilidad de integrar su cuerpo técnico como ayudante de campo”.
9 – Rubén Da Silva: “Un jugador con unos huevos enormes en el buen sentido futbolístico. El Polillita no se escondía nunca, se mostraba siempre y pedía todas las pelotas. Era muy fácil jugar con Da Silva. Es una persona entrañable. Él y el Negro Palma me ayudaron muchísimo para que pueda adaptarme de la mejor manera a un club tan grande como Central”.
10 – Ángel Cappa: “Un DT con conceptos claros que pregona jugar bien. La consigna principal de Ángel es no rifar la pelota. Lamentablemente, en Racing lo tuve poco tiempo como entrenador porque me agarré una hepatitis. No lo pude disfrutar”.
11 – Rubén Capria: “Extraordinario jugador y extraordinaria persona. El Flaco Cousillas en Argentinos Jrs., desde su experiencia, siempre me decía: «Cuando te vayas de acá, te vas a dar cuenta de que los grupos no son todos iguales». Pero por suerte, en Racing me encontré con excelentes personas; una de ellas fue Capria. Con el Mago en la cancha, cada vez que me acerqué para intentar patear un tiro libre, con toda la razón del mundo, me sacó cagando”.
