Mientras la selección española celebraba el campeonato obtenido en el Mundial Femenino de Fútbol, tras vencer 1-0 a Inglaterra, un hecho se llevó el repudio general. Pasó que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales besó de prepo en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso.

En distintos videos replicados en redes sociales se ve cómo Rubiales sujeta el rostro de Hermoso, la besa y luego la saluda con una palmada. Tras las críticas recibidas, el funcionario pidió disculpas.

En una situación de abuso de poder, el titular de la Real Federación Española de fútbol se atribuyó el derecho de besar a una jugadora. Es decir, no hubo consentimiento, fue una vulneración física que puede ser vista, según la normativa argentina, como “abuso sexual". Tomar a una persona por la cabeza y sujetarla entre las manos para inmovilizarla no es el gesto de alguien que espera una respuesta.

La Ley 27.501 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales (sancionada en marzo 11 de 2009) establece que la violencia sexual es “cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación”.

Al rato y tras las críticas, Rubiales pidió disculpas. En un vídeo enviado a los medios por la RFEF, el funcionario asegura que  "hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes".

"A partir de ahí, aquí no se entendía. Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo. Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra", sostiene Rubiales.