El país afronta en los próximos días un nuevo vencimiento con el Fondo Monetario Internacional, que llega a los 1400 millones de dólares. En paralelo negocia nuevos préstamos con un grupo de bancos por 2500 millones de dólares. La misión es mantener un mínimo de reservas al mismo tiempo que el mercado presiona sobre el dólar, que conlleva un incremento de la inflación.
El pago al FMI se producirá en los próximos días y a finales de febrero o principios de marzo reanudarán las charlas técnicas con el staff del organismo. Allí se buscará destrabar el primer desembolso del año, por 5400 millones de dólares.
En 2023 además de las metas de déficit, reservas y emisión monetaria, Argentina deberá devolver más dólares que los que ingresarán a lo largo del año, por lo que se incrementará la presión sobre las reservas. Así como en 2022 los desembolsos fueron más altos que los egresos, el diferencial de 2023 será negativo en 3400 millones de dólares.
En tanto para calmar las presiones cambiarias el Gobierno negocia con un conjunto de bancos una serie de préstamos por hasta 2500 millones de dólares. En ese sentido se estudian cuatro ofertas de Repurchase Agreement (Repo), créditos en los que el deudor debe entregar por lo general bonos en dólares en garantía, con un plazo de un año renovable. Los interesados son una institución asiática, una entidad de Nueva York, un fondo de inversión grande y un banco europeo. Se discute la tasa, el tipo de garantía y el monto, que en total suma u$s2.500 millones.
Las reservas netas del Banco Central rondan los 6 mil millones de dólares y las reservas brutas sumaron 42.655 millones de dólares. Las autoridades sostienen que de estas últimas están saliendo los mil millones para comprar los bonos.
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