El gobierno de Javier Milei enfrenta una semana decisiva, atravesada por tres frentes simultáneos: la aprobación del Presupuesto en el Senado, la necesidad urgente de dólares para cumplir con el pago de deuda del 9 de enero y un contexto económico y financiero que muestra señales de enfriamiento.
En materia fiscal, Milei descartó vetar el Presupuesto y ratificó que su objetivo central será garantizar el déficit cero, incluso mediante la reasignación de partidas si fuera necesario. Sin embargo, el oficialismo volvió a chocar con la resistencia de sus propios aliados, que se niegan a introducir cambios y tensan la negociación parlamentaria. Por eso, el Ejecutivo trabaja contra reloj para asegurar la aprobación en la Cámara alta, consciente de que sin Presupuesto aprobado se limita severamente la capacidad de financiamiento.
La urgencia no es menor. El próximo 9 de enero, el Tesoro debe afrontar pagos por US$ 4.300 millones en cupones y amortizaciones de Bonares y Globales. Según estimaciones del mercado, ya se habrían reunido US$ 2.500 millones, por lo que aún faltan cerca de US$ 1.800 millones para evitar un default técnico.
Para cerrar esa brecha, el ministro de Economía, Luis Caputo, despliega una estrategia múltiple. Por un lado, el Tesoro viene comprando dólares de manera gradual en el mercado local, lo que permitió que este lunes el Banco Central sume US$ 224 millones en reservas, aunque al costo de presionar sobre el dólar blue y el contado con liquidación. Por otro, continúan las negociaciones por un REPO con cinco bancos internacionales, un préstamo de corto plazo cuyo costo aún genera debate dentro del Gobierno.
En paralelo, Caputo evalúa la colocación de un nuevo bono en Wall Street, el GN29, que podría salir con una tasa cercana al 8% anual, una cifra elevada pero considerada necesaria en el actual contexto financiero. Si estas opciones se complican, la última carta sería activar otro tramo del swap con Estados Unidos, luego de que el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, confirmara que Argentina recibiría un respaldo adicional antes de fin de año.
A este escenario se suma un movimiento clave de largo plazo: el lanzamiento del pliego para la licitación de la Hidrovía, un negocio millonario que incluye una cláusula vinculada a China y que reavivó el interés de actores internacionales. La Hidrovía aparece como una pieza estratégica no solo económica, sino también geopolítica, en un mundo marcado por la fragmentación y la competencia entre potencias.
Mientras tanto, la economía real empieza a enviar señales de alerta. El INDEC informó que la actividad económica cayó 0,4% en octubre frente a septiembre, aunque todavía muestra una suba interanual del 3,2%. En el mercado inmobiliario, tanto en CABA como en la provincia de Buenos Aires, se registró una baja en las escrituras y en el uso de hipotecas, con un comportamiento dispar de los precios: al alza en Capital y en baja en territorio bonaerense.
El sistema financiero tampoco permanece ajeno. El Banco Central confirmó que los bancos comenzaron a subir las tasas de los plazos fijos, ante la desaceleración del stock de depósitos en pesos. Para montos grandes, las tasas ya superan el 32% anual, una señal de que el dinero se vuelve más caro y escaso.
En los mercados, los bonos argentinos lograron sostenerse y el riesgo país bajó a 570 puntos básicos, aunque sigue muy lejos del nivel que permitiría un acceso fluido al crédito internacional. En contraste, la Bolsa local y las ADR argentinas en Nueva York mostraron debilidad y bajo volumen, reflejando la cautela inversora ante los desafíos que se avecinan.
El contexto internacional tampoco aporta alivio inmediato. Las tasas largas de Estados Unidos repuntaron, el dólar global mostró movimientos mixtos y el petróleo subió más de 2% por tensiones geopolíticas vinculadas a Venezuela. En paralelo, los metales preciosos alcanzaron nuevos récords, los granos subieron en Chicago y el Bitcoin avanzó 1,5%, en un escenario más asociado a la debilidad del dólar que a un repunte genuino de la demanda.
El nuevo mapa económico global según J.P. Morgan
Más allá de la coyuntura local, el contexto internacional también está en transición. El banco estadounidense JP Morgan publicó un informe señalando que el nuevo orden económico global será definido por tres grandes fuerzas:
- Inteligencia Artificial, que reconfigura industrias, cadenas de valor y competitividad;
- Fragmentación geopolítica, que redefine flujos, acuerdos y alianzas económicas;
- Inflación crónica, que obliga a reajustar políticas monetarias y fiscales.
Según esa visión, sectores vinculados a tecnología, energía e infraestructura saldrán fortalecidos, mientras regiones proveedoras de recursos naturales como América Latina ganan relevancia estratégica. Este cambio estructural global también influye sobre la cotización del dólar y los capitales financieros globales.
Consumo y expansión empresarial
El Grupo Blanco, una empresa rosarina con 50 años de trayectoria, inauguró su segunda tienda física de Skechers en el país y planea desplegar una red de 15 locales en centros comerciales durante los próximos seis años. Según la firma, la estrategia combinará tiendas físicas, comercio electrónico y canal mayorista para consolidar su presencia en Argentina.
Este tipo de movimientos reflejan que, pese al clima económico desafiante, hay sectores que aún apuestan por la expansión y diversificación, adaptándose a nuevas formas de consumo y modelos omnicanal.

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