Argentina tuvo un salto importador este año : ¿qué pronostican para 2026?

Las importaciones argentinas crecieron con fuerza en 2025 por apertura comercial y demanda acumulada; para 2026 se aguarda moderación, aunque con nueva dinámica de bienes finales

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Durante 2025, Argentina vivió un cambio profundo en su patrón de importaciones, con un salto claro tanto en el volumen como en la composición de las compras al exterior. Este fenómeno se dio en un contexto de normalización de reglas cambiarias, reducción de restricciones y recomposición de flujos comerciales, que permitió un acceso más fluido a bienes importados. 

Según trsacendió, las importaciones de bienes alcanzaron USD 70.235 millones acumulados a noviembre, con un crecimiento interanual del 27%, marcando uno de los niveles más altos de los últimos años. Este incremento se reflejó especialmente en bienes finales, bienes de capital y vehículos de pasajeros, mientras que los bienes intermedios crecieron a menor ritmo. 

Un rasgo distintivo fue el aumento de las importaciones de vehículos automotores de pasajeros, que más que se duplicaron en valor respecto a 2024, impulsadas en parte por la eliminación de trabas como arancel 0% a modelos híbridos y eléctricos.

La apertura comercial también implicó una mayor diversificación de proveedores: Brasil siguió como origen principal para muchos productos, aunque China y México ganaron participación, ampliando la oferta disponible en el mercado local. 

Este fuerte crecimiento importador se dio aún cuando sectores productivos locales, como la industria manufacturera, operaron con capacidad ociosa, lo que generó preocupaciones en algunos análisis sobre la competitividad relativa de la producción interna frente a bienes extranjeros. 

Expectativas para 2026

De cara a 2026, diversos analistas proyectan que la expansión de las importaciones podría moderarse si la economía sigue creciendo en torno al 3–4%, un ritmo más sostenible y en línea con la regla tradicional que vincula el crecimiento económico y las compras externas. En ese escenario, se estima que las importaciones podrían crecer alrededor de un 10% en términos nominales, muy por debajo del salto registrado en 2025, reflejando una base de comparación más alta y una economía más estable. 

Sin embargo, factores como las condiciones cambiarias, el costo logístico internacional, el ritmo de la actividad interna y la demanda de bienes finales y de capital seguirán siendo determinantes para el perfil importador del país en 2026. Si la apreciación real del tipo de cambio se mantiene y continúa la liberalización del comercio, esto podría favorecer nuevamente un flujo importador dinámico en determinados segmentos, como tecnología, maquinaria y sector automotor. 

Al mismo tiempo, la evolución de la balanza comercial –que en 2025 siguió mostrando saldo positivo en varios períodos, aunque con presión por las importaciones– será otro factor clave para definir el umbral del comercio externo argentino el año próximo. 

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