Cepo importador: "Desaparecerán los autos de lujo y a la larga podría verse afectada la gama media"

Concesionarias premium pronostican un 2021 negro para el sector. Sostienen que la última medida del Central favorece a dos grandes marcas y repercutirá en el valor del usado

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Mientras se espera que se conozca la letra chica de la resolución del Banco Central en torno a las restricciones para importar autos de lujo, las concesionarias de ese segmento consideran que a raíz de esta medida, y sumado al impuesto que ya rige sobre el sector, el 2021 será un año “en el que desaparecerán los autos de alta gama”. Anticipan que esto beneficiará a marcas como Volkswagen y Toyota, con alta producción nacional, y alentará todavía más al mercado del usado.

“Todavía no está claro a qué consideran 'alta gama' y en función de eso se verá cuáles son los modelos afectados (N de R: se habla de un piso de u$s35.000 FOB, que alcanzarían los u$s131.250 con los impuestos internos), pero en términos generales esto implica un nuevo golpe a un sector que ya venía muy castigado”, manifestó Sebastián Vázquez, al frente de la concesionaria de autos premium Neostar.

Señaló que este segmento del mercado ya en 2020 estaba registrando serios problemas de abastecimiento porque que el Gobierno tenía pisadas las autorizaciones de importación. “Incluso había muchos faltantes de gama media, y por las permanentes trabas, muchos habían dejado de importar ciertas unidades, por lo que en el año terminó entrando poco y nada”, dijo a Ecos365.

Para Vázquez esta restricción a los dólares para traer vehículos del exterior profundizará la caída de importadores y los que queden en pie buscarán modelos menos equipados para no quedar entrampados. “Hay muchos modelos que directamente dejarán de conseguirse. Se dependerá mucho más de la espalda financiera de cada terminal y del nivel de exportación que tengan, por lo que en principio los grandes ganadores serán Volkswagen y Toyota”, apuntó, en relación a las dos automotrices con importante producción nacional, entre otros vehículos, de la Amorok y la Hilux.

Se dependerá mucho más de la espalda financiera de cada terminal y del nivel de exportación que tengan, por lo que en principio los grandes ganadores serán Volkswagen y Toyota”

El empresario destacó que las ventas fueron muy malas hasta mayo de 2020, pero a partir de la primera brecha cambiaria, el mercado empezó a moverse más, pero no alcanzó para compensar la caída. “El año pasado fue el pero de los últimos 14 en volumen de comercialización, y este 2021 no lo vemos bien”, adelantó.

Es que la permanente volatilidad cambiaria incluso hace dudar a las concesionarias sobre si vender o no. “Es un riesgo, porque si vendés tal vez después no te alcanza para reponer, te descapitalizás y te quedás anclado en pesos”, indicó y agregó que hoy están con un abastecimiento mínimo por esta cuestión y por la menor producción a raíz de la pandemia.

“Hoy el stock está mucho más bajo de lo que deberíamos tener, y esto lo que hizo fue potenciar el mercado del usado, que se revalorizó mucho. Estas nuevas restricciones lo fortalecerán todavía más”, pronosticó. ¿Y qué ocurrirá con las concesionarias premium? “Como ya pasó años atrás, no habrá otra que reducir al mínimo la estructura comercial de ciertas marcas, concentrarnos en otras más económicas y en servicio de postventa, si es que dejan de entrar repuestos”, respondió.

Como ya pasó años atrás, las concesionarias premium deberemos reducir al mínimo la estructura comercial de ciertas marcas, concentrarnos en otras más económicas y en servicio de postventa, si es que dejan de entrar repuestos”

Consultado sobre el impacto de la medida del BCRA, un reconocido empresario del rubro automotor rosarino puso un signo de interrogación acerca del futuro del sector. El miedo está puesto en que estas medidas sean sólo el principio y que se avance también sobre la gama media, como ya ocurre con el denominado impuesto al lujo, que al no actualizarse por inflación, hoy debe ser pagado por quien compre un Volkswagen Polo, por ejemplo.

El resultado ya se conoce de experiencias no muy lejanas: autos con equipamiento muy básico para no ser alcanzados por el impuesto o las restricciones, desaparición de muchas unidades, demoras en las entregas y fuertes subas de precios en los importados. El problema podría ser mucho mayor si se acelera la pérdida de divisas del Central, porque también afectaría a la producción nacional, que depende en un 70% de piezas importadas.

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