El mercado financiero argentino vivió una jornada de ajuste fino donde el dólar mostró un leve rebote, pero las acciones y bonos locales volvieron a subir con fuerza. En paralelo, el Gobierno activó una recompra de bonos en pesos por $12 billones para bajar las tasas antes de una licitación clave y contener la presión cambiaria.
La jugada del ministerio de Economía apunta a reducir la volatilidad en el mercado de deuda en pesos y mejorar la confianza del Tesoro, que enfrenta compromisos crecientes en noviembre. Con esta medida, el Ejecutivo busca dar una señal de estabilidad en un contexto donde la inflación, la brecha cambiaria y el riesgo país siguen siendo los grandes desafíos macroeconómicos.
Mientras tanto, en el plano internacional, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos se prepara para anunciar la segunda baja de tasas del año, una decisión que podría favorecer el ingreso de capitales hacia mercados emergentes como Argentina. Los analistas coinciden en que una política monetaria más laxa en EE.UU. representa un viento de cola financiero, aunque advierten que el país necesita fortalecer su credibilidad fiscal para aprovecharlo.
En paralelo, el gobierno argentino convocará a sesiones extraordinarias del Congreso para tratar el Presupuesto 2026 y un posible paquete de reformas estructurales. El objetivo político es garantizar la continuidad del programa económico, en momentos donde la atención del mercado se centra en la capacidad del Estado para cumplir sus metas de déficit cero.
Otro foco clave está en el juicio por YPF en la Corte de Apelaciones de Estados Unidos, donde la Argentina se juega una de sus últimas cartas ante una sentencia que podría implicar miles de millones de dólares. El desenlace de esa causa impactará directamente en la percepción de riesgo país y en el acceso futuro al financiamiento internacional.
En suma, la economía argentina transita una semana decisiva: el dólar busca su nuevo equilibrio, el Gobierno ajusta su estrategia para estabilizar el mercado de deuda, la Fed baja tasas y el Congreso se alista para discutir reformas clave. Todo bajo la mirada de inversores que siguen midiendo la confianza en un país donde cada dato, cada señal y cada movimiento tiene efecto inmediato.

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