Clima, política y más: el combo letal que pone en jaque a las economías regionales

El semáforo de Coninagro es contundente. Salvo una actividad, todas las demás se encuentran en crisis o van camino a padecerla. La lechería, un caso emblemático

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Coninagro publica esta herramienta para que el productor agropecuario pueda hacer un seguimiento de los indicadores que se analizan. Mirá en detalle el relevamiento de las 19 economías regionales monitoreadas por el área de Economía de CONINAGRO, con cifras que surgen del análisis realizado durante el mes de enero de 2023. El “Semáforo de Economías Regionales” busca simplificar la complejidad y heterogeneidad de la producción en el campo hacia una herramienta visual de análisis.

Al respecto del estudio publicado por el Área Económica de la entidad, dio su visión el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica: “continúa la crítica situación en las producciones tanto pampeanas como de las economías regionales. El estudio que hacemos con nuestras cooperativas muestran que un 80 % se encuentran en situación crítica y salvo una que tuvo una mejora, las aves, el resto está en advertencia, lo que nos muestra la gravedad de la situación generada tanto por las políticas implementadas (inflación, atraso y brecha cambiaria) como por las inclemencias climáticas. Hoy requerimos que el Gobierno no sea “socio del campo no sólo en las buenas” sino que ante esta grave situación, acuda en la ayuda hacia el productor, con alivio fiscal y créditos para afrontar esta situación”, deslizó el dirigente cooperativista.

Lechería en rojo

La realidad productiva del sector lácteo la describe Javier de la Peña, productor agropecuario de Santa Fe y representante de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche; “Lamentablemente la sequía generalizada se ha profundizado, con olas de calor extremas, y una situación agravada por la muy mala calidad de pasturas, lo que complica las reservas que se intentan hacer en esta época del año para poder producir leche durante el invierno”.

Debe remarcarse que este cuadro hace que las reservas hayan sido utilizadas extemporáneamente, es decir en pleno verano, y realmente los productores no saben cómo van a encarar el invierno prácticamente sin reservas. A ello, deben sumársele normativas vigentes de AFIP que dificultan la compra de alimentos en los tambos y empeoran la situación de conseguir alimentos. Además, el control del programa “precios justos” que ejerce el Gobierno sobre las industrias, hacen que que esa cadena industrial no pueda pagar al productor un precio más acorde al que necesitaría para poder suplir este escenario, mejorando su capacidad de compra.

"Básicamente estamos empantanados en una situación de presiones tanto tributaria como en los ingresos de los productores con un marcado incremento en los costos de alimentación de los animales. Así, el riesgo que existe hoy es que los productores se sientan agotados y sean expulsados del sistema”, resumió De La Peña.

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