Con Mantecol a la cabeza, qué otras marcas volvieron a manos argentinas en los últimos años

Firmas nacionales que reflotan con sus fórmulas originales y apelan al recuerdo de los argentinos. Los casos de Gándara, Ombú, Grafa y Bidú

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El pasado viernes 8 de julio la empresa Georgalos anunció que luego de esperar 21 años pudo recuperar la reconocida marca Mantecol de la cual se había desprendido en 2001 y hasta entonces estaba en manos de Mondelez. El caso impactó de lleno y se sumó a otras recientes apuestas que también conquistaron corazones nostálgicos el último tiempo como el regreso de la gaseosa Bidú o los lácteos Gándara. Por el lado del sector textil también hubo novedades durante la pandemia y trajo de regreso a las emblemáticas Graffa y Ombú. Cómo se dieron los cambios y quienes los protagonizaron.

La noticia de la vuelta de Mantecol a la familia Georgalos tomó mucha repercusión ya que algunos dicen que Mondelez modificó la receta original y ahora esperan ansiosos recuperar el  recuentro con el sabor de la infancia. Vale destacar que en 2008, esta empresa familiar argentina pudo sacar un producto similar a Mantecol para poder hacerle frente a su competidor y lanzó Nucrem que hoy retiene el 20% del mercado.

Con esa misma premisa de relanzarse al mercado conservando su sabor original, en septiembre del año pasado se celebraba la vuelta de la gaseosa Bidú, “la morena rebelde”, una icónica marca instalada por tres décadas. Después de casi medio siglo, la popular gaseosa cola, la primera bebida fabricada íntegramente en el país que ha tenido una gran rivalidad con Coca Cola, regresó a la mesa con nuevo envase y con el mismo logo de antes. Se consigue en Rosario, en Santa Fe, CABA, provincia de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.

El rescate estuvo en manos de Bebidas Mass, una pyme familiar de 12 empleados que recuperó la marca y apostó al relanzamiento. Al frente está su dueño Franco Delfino, quien posee los derechos y también la fórmula original para elaborar la popular gaseosa que fue creada en 1942 por los hermanos Monti en una fábrica en Luján. En los años 50 empezó a ser fabricada por la compañía estadounidense The Orange Crush Co pero en 1974 dejó de elaborarse.

Otro caso que pelea por instalarse nuevamente en el mercado es la firma Gándara, fundada en la década de 1980. Muy recordada por los turistas que iban en auto a la costa argentina y hacían una parada en su fábrica ubicada en Chascomús. Allí recibían de regalo yogures y dulce de leche. Otros añorarán los postres fity, un clásico de la firma. Con baja producción y presencia en el interior, volvió a lanzar dulce de leche, leche fluida y yogures basados en las recetas originales, entre otros productos por fuera de los lácteos como puré de tomates.

Perteneció al Grupo Lactona, que llegó a producir el 25% del dulce de leche del país y también producía yogures Yogurbelt y quesos untables Saavedra. Desde que su dueño Carlos Rodríguez falleció a comienzos de los 90, la empresa pasó por distintos dueños, entre ellos: la italiana Parmalat, la Compañía Láctea del Sur  y la Cámara de Autoservicios y Supermercados propiedad de Residentes Chinos. Ahora, en manos de la compañía IPASA (Inversiones para el Agro), la marca procesa en su planta en el parque industrial de Pilar entre 25 mil y 30 mil litros de leche diarios.

Un capítulo aparte merece el caso de un industrial argentino que en agosto del 2021, desde la provincia de Catamarca se animó en medio de una pandemia a invertir y recuperar marcas emblemáticas para la industria textil nacional. Se trata de Carlos Muia, dueño de cuatro plantas textiles en el norte argentino y que da trabajo a 1675 operarios.

“Comprar Santista fue la operación más importante de mi vida”, confensó  Muía. El empresario adquirió el 45% de Santista Argentina y compró la empresa Confecciones Riojanas ahora rebautizada Confelar, una planta que se dedicaba a hacerles jeans a marcas de la talla de Zara, Wrangler, Taverniti, entre otras, y que fue cerrada en 2019.

La historia de Santista Argentina, ex Grandes Fábricas Argentinas (Grafa), se remonta a casi un siglo atrás. La firma fue fundada en 1926 por el grupo Bunge & Born para industrializar fibras. Inicialmente se dedicó a la producción de sábanas y frazadas, pero que con el paso del tiempo fue sumando nuevas líneas de negocios como la marca de ropa Ombú, en la década del 40. Luego pasó a manos de Camargo Correa, quién adquirió también la empresa Alpargatas. Tiempo después, pasó a manos mexicanas, hasta que en 2020, la compró el grupo brasileño GBPK Inversiones Limitada, propietario también de Santista Brasil.

En Argentina, Santista tiene una planta en Famaillá, provincia de Tucumán, donde trabajan 900 operarios y una oficina en la Ciudad de Buenos Aires. Vale decir que la compañia es líder en la producción de denim y ropa de indumentaria de trabajo con su marca Ombú, entre otras.

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