El dólar pegó el salto a los $1.380 y se acerca al tope de la banda

Julio cierra con récords cambiarios, fuga a los verdes y bonos en modo rebote. El BCRA contuvo poco y nada: el oficial, el MEP y el CCL se disparan, y los futuros saltan. ¿Vuelve el temido overshooting?

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Julio no tiene final feliz para el equipo económico. En una jornada marcada por la presión en todos los frentes, el dólar oficial escaló este jueves a $1.380 en el Banco Nación, y el mercado cambiario encendió todas las alarmas. Ni los controles sobre los contratos de dólar futuro ni el renovado intento de mantener al tipo de cambio dentro de la banda “implícita” pudieron frenar el avance. El dólar blue rozó los $1.370, el MEP superó los $1.365 y el CCL no se quedó atrás, consolidando un escenario de creciente tensión.

El salto cambiario no fue una sorpresa para los operadores. Como anticipaban varias mesas, el mercado leyó como insuficientes las últimas medidas de contención y anticipa que el Banco Central deberá moverse rápido si no quiere perder el poco ancla que aún sostiene. En lo que va de julio, el dólar informal acumula una suba del 11% y los dólares financieros, entre 8% y 10%, muy por encima de la inflación estimada para el mes, que rondaría el 4,5%.

Mientras tanto, los contratos de dólar futuro saltaron en el mercado A3: subas de hasta 7% en las posiciones de corto plazo marcaron un punto de inflexión. La intervención oficial fue intensa en el mercado de futuros, pero la demanda privada —motivada por la expectativa de devaluación— no cedió terreno. Todo esto, pese al discurso del Gobierno de mantener el crawling peg sin sobresaltos.

Los bonos en dólares operaron con signo positivo, aunque dentro de un contexto de “flight to quality” local: la suba de los bonos no responde a confianza, sino a cobertura. En la city, el dato no pasa inadvertido: el rebote de los Globales y Bonars se da en paralelo a un drenaje de pesos hacia el dólar. El mercado parece decir que ya no cree en la pax cambiaria, ni siquiera con tasas efectivas por encima del 50%.

Otro factor que enciende alarmas es la proximidad al techo de la banda cambiaria informal: según fuentes del mercado, el BCRA estaría dejando correr el dólar hacia un techo técnico, antes de decidir si da un nuevo salto discreto o interviene con más fuerza. Mientras tanto, la oferta del agro sigue ausente, y las reservas netas no muestran signos de recuperación.

En resumen, el dólar dejó de ser un precio y volvió a ser un problema. El Gobierno llega a agosto con la mochila cargada: vencimientos por delante, expectativas devaluatorias en alza y un mercado que empieza a jugar su propio partido. El overshooting, por ahora, no es oficial. Pero en la calle, ya se siente.

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