El enorme desafío argentino de alcanzar la neutralidad de carbono al 2050

Para lograr el objetivo, resultan claves la producción de carne, leche y fibras animales con carbono cero. Acciones y estrategias del INTA para reforzar, reorientar o cambiar 

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La neutralidad de carbono implica alcanzar un resultado neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), esto es, emitir a la atmósfera la misma cantidad de gases que se absorbe por otras vías. Los países participantes del Acuerdo de París se plantean este objetivo para 2050. Por esto, coordinadores de seis programas nacionales del INTA relacionados con la ganadería y el cambio climático se reunieron para analizar cuáles son las acciones y las estrategias que se deben reforzar, reorientar o cambiar para alcanzar ese propósito.

¿Qué resultados existen en investigación sobre huella y balance de Carbono y en tecnológicas de mitigación o reducción de GEI? ¿Cuáles son las acciones y estrategias que debemos reforzar, reorientar o cambiar para alcanzar este propósito y cómo podemos hacerlo? Son algunos de los disparadores que se analizaron autoridades y profesionales del INTA.

“Juntarnos a discutir y analizar la política del INTA a nivel nacional es muy importante y es fundamental federalizar la discusión, sobre todo, para pensar juntos la ganadería que se viene, como parte de los que necesitamos para crecer”, señaló el presidente del organismo Mariano Garmendia. Y añadió: “tenemos la capacidad para brindar alimento de calidad al mundo y para producirlo de manera sustentable”.

En este sentido, Garmendia señaló que es necesario “saber del cambio climático, de los efectos que tiene y tenemos que trabajar en cambiar esos efectos, de convertirlo y en mitigarlo”.

“Nuestra ganadería es una actividad climáticamente sustentable y puede serlo aún más”, coincidieron los especialistas. Y agregaron: “con esta reunión buscamos redoblar esfuerzos y, en esta línea, este espacio es una oportunidad en relación a lo que demanda un mundo que requiere el abordaje de la problemática del cambio climático”.

Argentina es un país que contribuye con aproximadamente el 1 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Expuesto así, el país no es un jugador importante a nivel mundial, pero sí hay una responsabilidad pensando en la sociedad y en la humanidad, para tratar de bajar ese porcentaje.

Desde el INTA busca generar información que sirva de base para la construcción de la nueva cartera de proyectos orientada a un tema trascendental en términos de competitividad, mercados y por supuesto en la mitigación para el cambio climático. A respecto, todos manifestaron que hay una buena base de conocimiento y remarcaron que es necesario empezar a focalizarnos en algunos temas muy específicos que está demandando el sector.

Autoridades del INTA analizaron acciones y proyectos pensando en el 2050.

Recursos y vinculación

“El cambio climático tiene un lugar central en la agenda actual del INTA, debido a que vemos la necesidad de acordar una estrategia institucional para la próxima cartera programática”, destacó el Director del organismo, Carlos Parera, que además se refirió a la necesidad de “priorizar la asignación de recursos humanos, infraestructura y equipamiento, y el relacionamiento institucional y la vinculación tecnológica necesarios”.

A partir de la adopción del Acuerdo de París, en el marco de la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) en 2015, los países participantes comenzaron a estudiar escenarios posibles en función del aumento de las concentraciones de GEI en la atmósfera, y el consecuente aumento en la temperatura a escala global.

Con este marco, en 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) presentó un informe sobre los impactos esperados a raíz de un calentamiento global de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y las sendas de emisiones correspondientes a ese aumento. Entre otras cosas, el informe advirtió que sería necesario que las emisiones netas globales de CO2 de origen humano disminuyeran en 2030 alrededor de un 45 %, respecto de los niveles de 2010, y siguieran haciéndolo hasta alcanzar el “cero neto” aproximadamente en 2050.

En esta jornada de Ganadería y Cambio Climático se puso el foco en asumir el desafío que tiene Argentina de alcanzar en el 2050 una producción de alimentos con carbono neutralidad. Para eso, se analizaron proyectos en los cuales se está evaluando la emisión de gases de efecto invernadero y también la captura de carbono, analizando en ese sentido propuestas de mitigación y adaptación al cambio climático.

Sistemas silvopastoriles

Entre los trabajos que se presentaron, se encuentra un estudio realizado en el campo experimental del IIACS del INTA (dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias) sobre el efecto de un Sistema Silvopastoril (SSP) con Prosopis alba (algarrobo blanco) y Chloris gayana (pastura megatérmica) sobre la producción forrajera y la productividad y el bienestar animal.

El estudio se enfoca en evaluar, mediante variables e índices ambientales, la producción maderable, la cantidad y calidad de forraje producido, la captura de carbono en el suelo y la vegetación, la fijación simbiótica de nitrógeno de algarrobo, la dinámica de la napa freática y la producción y el comportamiento animal. El sistema implantado con fines experimentales, se compara con un sistema pastoril sin árboles.

Las diferencias ambientales entre los sistemas con y sin arboles afectan la producción y calidad forrajera y, consecuentemente, la productividad animal. En efecto,  Alejandro Radrizzani (investigador responsable del ensayo) detalló que también se modifica el patrón de comportamiento de los animales, que sin arboles “destinan mayor proporción de su tiempo al traslado, al consumo de agua de bebida, en comparación con el sistema silvopastoril con árboles”.

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