Las fusiones y adquisiciones, conocidas en el ambiente de los negocios como M&A por sus siglas en inglés, han tomado un nuevo impulso en Argentina durante la primera mitad de 2025. Contra un panorama global de cautela, el país se destacó como uno de los pocos de la región, junto a Brasil y Colombia, que logró un crecimiento notable tanto en el número de operaciones como en el volumen de capital movilizado. Este fenómeno, lejos de ser un hecho aislado, responde a una serie de dinámicas económicas y a un renovado interés por parte de los inversores.

El dato es contundente: Argentina cerró el primer semestre de 2025 con 61 operaciones, un 14% más que el año anterior, y movilizó 3.489 millones de dólares, lo que implica un salto del 62% en el capital. Este desempeño se da mientras la tendencia regional muestra una baja generalizada en la cantidad de transacciones, aunque un aumento en el valor, lo que significa un mercado más selectivo. La adquisición de Despegar.com por parte de Prosus por cerca de 1.700 millones de dólares, una operación de origen local que se transformó en la más grande de toda América Latina en este período, es un claro ejemplo de este envión y de la confianza que ciertos actores depositan en el país.

¿Qué implica esto en la práctica para el panorama local?

Lo concreto es que, en un entorno de incertidumbre global y regional, la Argentina se posiciona como un destino atractivo para la inversión, especialmente en sectores que prometen un potencial de crecimiento a mediano plazo. Este repunte en las fusiones y adquisiciones no es casualidad; responde a una mirada atenta de los inversores sobre los cambios estructurales y las políticas económicas que buscan estimular la inversión. Para muchos, esto puede ser una señal de que el país está en un camino de recuperación económica sostenida, atrayendo a jugadores de peso.

El panorama en América Latina es, como siempre, diverso. Brasil sigue siendo el gigante indiscutido, con la mayor cantidad de operaciones y capital. Pero la particularidad argentina reside en su crecimiento exponencial en un momento donde países como Chile, México y Perú muestran caídas significativas tanto en el número de operaciones como en el capital invertido. Este contraste subraya la singularidad de la coyuntura argentina y cómo, pese a los desafíos, se perciben oportunidades de valor.

Un punto crucial es que, a nivel regional, el mercado se volvió más selectivo. Esto significa que los inversores buscan operaciones de mayor envergadura, con riesgos más acotados y retornos más claros. En este contexto, la calidad de los activos y la solidez de los modelos de negocio son determinantes. No es solo una cuestión de volumen, sino de la calidad de las transacciones que se concretan. Es como en un remate: no se trata de comprar por comprar, sino de elegir las piezas que realmente tienen valor y potencial de apreciación.

¿Qué puede hacer una empresa ante esta dinámica?

Una empresa puede evaluar su propio potencial de crecimiento y su atractivo para posibles inversores o adquirentes. Esto implica un ejercicio de autoevaluación profunda: ¿Qué activos tengo que podrían ser valiosos para otra compañía? ¿Mi modelo de negocio es escalable y replicable? ¿Estoy operando en un sector que genera interés?

Además, una empresa puede prepararse internamente para una posible operación de M&A. Esto significa tener las cuentas en orden, los procesos transparentes y la información financiera accesible y verificable. La auditoría interna y la digitalización de los registros son pasos fundamentales para presentarse como un candidato serio. Es como ordenar la casa antes de recibir una visita importante; todo tiene que estar impecable.

También puede identificar posibles sinergias con otras empresas del mercado, ya sea para una fusión que potencie las capacidades de ambas, o para una adquisición que permita expandir operaciones o ingresar a nuevos mercados. Buscar alianzas estratégicas es una forma de ganar volumen y competitividad en un mercado que se mueve hacia operaciones de mayor escala.

Finalmente, es fundamental mantenerse informado sobre las tendencias del mercado y los sectores más dinámicos. Actualmente, se observa un interés particular en el sector energético en Argentina, lo que sugiere que las empresas vinculadas a este rubro podrían tener un mayor potencial de atracción. Entender dónde se dirige el flujo de capital permite a las empresas ajustar sus estrategias y posicionarse de manera más efectiva.