La empresa del agro que resurgió de un incendio y compite con innovaciones de alto valor agregado

Con inversiones en investigación y ampliación de la planta, la empresa de Venado Tuerto apunta a nuevos desarrollos. La pelea que se viene: biológicos vs robots en los campos. El rol de los empresarios jóvenes

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Santiago Aloisi es gerente de operaciones de Laboratorios Peyte, una fábrica de Venado Tuerto que en marzo de 2018 fue noticia nacional producto de un incendio en el que perdieron todo. Explica en esta entrevista con Ecos365 cómo resurgió de las cenizas esta empresa familiar que no paró de crecer desde entonces con nuevos productos de valor agregado e inversiones dentro de un negocio en expansión. Su visión sobre los productos biológicos y porqué cree que en el agro pueden tener mayor incidencia los robots. También habla del grupo de jóvenes empresarios que de que de poco comienza surgir una nueva camada de dirigentes empresarios del sur santafesino.

-¿Lo definirías como una empresa familiar o una familia empresaria?

-Es una empresa familiar. Todos hemos participado desde muy chiquitos en lo que era hacer Peyte. Desde pegando etiquetas cuando éramos muy piojos o ayudando con cosas de la casa para que mis viejos pudieran dedicarle más tiempo a la empresa. Somos una empresa familiar. No nos consideramos tan empresarios todavía. 

-Más de 40 años de historia ¿qué te enseña? Tienen varios hitos. 

-Lo que hemos aprendido los Aloisi es que las oportunidades están, hay que verlas. Y si las aprendés a ver, aparecen. Hay que estar siempre atento. Hay más gente dispuesta a no ver las oportunidades de las que realmente hay. Entonces, lo que nos enseña todavía es que hay que estar siempre atentos a la oportunidad. 

-¿Hay alguna de las bisagras en la historia que te ha golpeado más que otras? ¿Cuál?

-Sí, a mí particularmente fue el incendio de la planta, que es lo que yo manejo, y que se dedicada a desarrollar y formular productos dedicados a la agricultura argentina. Perdimos la totalidad de la parte de fábrica. Eso para mí fue un antes y después. Fue un antes y un después también para la cultura de la empresa, pero en lo personal fue muy difícil. Marzo de 2018. 

-¿Y dividiendo los fitosanitarios, línea por línea? 

-Sí, nosotros tenemos una línea muy fuerte histórica de coadyuvantes, donde somos líderes. También somos muy fuertes en insecticidas, donde somos líderes en varios de los productos en formulación. Además, hacemos fungicidas, herbicidas y fertilizantes. 

-Dentro de esa producción, parecen concentrarse con productos de alto valor. 

-Sí, es una de las estrategias de la empresa, que nuestro trabajo tiene que valer. Entonces, hacemos productos que tal vez son más difíciles de formular, pero que tienen más valor agregado. Entonces, evitamos, si bien todos son commodities, evitamos los commodities más commodities, como puede ser glifosato, porque es un tipo de negocio que no está a la medida de nuestra estructura. 

-Se incendió hace casi cinco años la planta, uno ve que hay un crecimiento, de hecho se están viendo nuevas oficinas. ¿Cuál es el plan de negocios, de inversiones que tiene pensada la compañía hacia adelante? 

-Bueno, en este momento lo que es inversiones por la sequía está un poco en stand-by, pero tenemos plan maestro ya diseñado hace unos tres o cuatro años, donde la idea es llegar a 14.000 metros de fábrica. Hoy estamos a casi 9.000 metros. Y hace, bueno, en 2018 estábamos en cero por el incendio. Entonces, es un ritmo de inversión muy alto, muy fuerte. Es una de las políticas de la empresa también de casi 100% de reinversión. Siempre digo, mi padre no tiene otro negocio, ni departamentos, ni nada de ningún otro lado. Todo lo que gana Peyte vuelve a Peyte. Se ve eso también en el crecimiento rápido de la empresa. 

-¿Cuántos productos tienen en el portafolio? Del 100% que producen, cuánto es para terceros y cuánto es para la línea propia.

-Sí, nosotros tenemos unos 45 registros, y en volumen la planta opera mitad para laboratorios Peyte, con marca de laboratorios Peyte, y otra mitad para servicios de fasón para otros clientes.

-¿Cómo diría que es un análisis FODA de la industria del fitosanitaria? 

-Empezando por las debilidades, que tal vez son las que más preocupan, el desconocimiento tal vez del sector y la mala imagen que tiene el sector. Hoy muchas veces mal se dice agrotóxicos. Hay muy poca seriedad a veces en tratar el tema, muy poco respaldo científico de algunos prejuicios. Yo creo que eso es una debilidad. También es una oportunidad, porque hay que trabajar en ello, hay que conseguir buenos estandartes del sector, que sepan explicar realmente a la población lo que es un agroquímico, cómo se usa, y transmitir seguridad. Si las cosas están bien hechas no hay riesgo. Fortaleza, bueno, Argentina es uno de los mayores productores de alimentos del mundo. Estamos en una plaza súper competitiva, eso es una gran fortaleza. Dentro de lo que es la industria argentina, también estar en la cadena de producción de dólares hace que nuestras empresas sean más estables, porque no tenemos los embates a veces del tipo de cambio. Y debilidades, falta de comunicación, que es parte de la amenaza también, que hablábamos del miedo al daño medioambiental. 

-En ese sentido, ha aparecido un producto que son los productos biológicos, ¿cómo estás viendo este mercado y cómo lo ves con la producción más tradicional? 

-Hay una rápida implementación de lo que son los bioestimulantes o los biofertilizantes, en lo cual vemos una rápida respuesta con muy buenos resultados. Vemos bastante limitado lo que es la parte de biocontrol, biopesticidas, o sea, insecticidas a base biológica. Hoy no hay en el mercado nada que sea realmente competitivo en cuanto a la efectividad y la durabilidad de un tratamiento químico desde biológicos y mucho menos desde el costo, Por lo cual es aumentar directamente el costo de producción de alimentos. Hoy, por lo menos, la industria biológica no ha logrado resolver la matriz de costos de productos que sean reemplazables por los químicos. 

-Lo ambiental está omnipresente en vos por lo que escuchamos, pero tiene un fuerte compromiso con lo local. Ustedes han hecho una gran inversión para menguar eso, ¿no? 

-Sí, creo que lo que se reclama desde el medio ambiente hay que tenerlo en cuenta, hay que tenerlo en cuenta con una oportunidad de mejora y hay que trabajar en ello. Son agroquímicos, obviamente mal usados, son riesgosos tanto para la salud humana como para el medio ambiente, por lo cual hay que hacer mucha escuela en usarlos bien y en producirlos bien. Nosotros hemos hecho muchas inversiones que son de seguridad tanto de las operaciones que terminan siendo de seguridad también ambiental. Porque si tenés controles para evitar derrames, evitas también que ese producto llegue al suelo. En el manejo de residuos nosotros tenemos una inversión muy alta. Tenemos un fuerte compromiso con Venado Tuerto y no estamos conectados a la red de Venado Tuerto en lo que es residuos. Todo se manda a disposición final y obviamente es mucho más costoso para la empresa, pero creemos que es el camino. 

-Volvemos dentro de 10 años y qué creés que vamos a encontrar acá.

-Espero que los 14.000 metros de planta que estoy prometiendo. Seguramente pueda ser que ya haya más producción de biológicos, sobre todo lo que es bioestimulante, que estamos trabajando en asociarnos con algunas empresas en ello. En 10 años probablemente pueda estar otra generación Aloisi empezando a querer meterse en la empresa, lo cual sería muy satisfactorio. Y bueno, espero también tener el doble o el triple de empleados porque es importante también en lo social que las empresas crezcan y generen trabajo genuino, no que sean trabajos forzados por el público. 

-En el segmento ¿están en el top 5, top 3?

-No, nosotros como tenemos esta decisión, por ejemplo, no trabajar la molécula de glifosato que hoy es el 50% del mercado, en lo que es facturación estamos por debajo del top 10. Si tomamos el top nacional probablemente estamos en el top 15, a pesar de no ser estos productos de mucho volumen. Sí, en lo que estamos muy arriba, top 5, me animo a decir, es en calidad de planta y tamaño de planta, estamos muy arriba.

-Biológicos versus robots. Qué es lo que te estaba viendo, por qué eso te llama más la atención.

-Porque hoy lo que es identificación de malezas e insectos a través de cámaras y de inteligencia artificial está evolucionando muchísimo. Creo que tal vez con maleza, por ejemplo, con una extracción mecánica se puede resolver. No tiene ningún desarrollo de ninguna molécula, no tiene ningún tipo de toxicidad y si trabaja con robots solares autónomos desde el punto de vista medioambiental, creo que es lo que menos impacto tendría y creo que hoy está en tecnología de reconocimiento de malezas o de insectos como para poder eso aplicarlo. Creo que todavía lo que no está logrado es bajar la matriz de costos de esos robots y la productividad de esos robots como para trabajar en grandes extensiones.

-Te consulto por el trabajo de dirigencia empresario. Cuesta mucho la renovación dirigencial por distintas circunstancias y también generacionalmente, los más jóvenes tampoco no es muy afecta a sumarse a una cuestión más de gremial, tanto empresarial como sindical, ¿no? ¿Por qué te estás interesando en ese camino? 

-Lo que vos me contás de las generaciones anteriores, yo veo lo mismo. Es difícil convencer hoy a gente de mi edad que se sume a lo que es la mesa joven, por ejemplo, de la Cámara. Nos llevó casi dos años con el presidente actual lograr generar la mesa joven, que hoy está muy motivada porque hemos considerado una Junta Federal a Venado Tuerto. Obviamente ya ese proyecto hizo que se sumaran, pero igual sumos creo que ocho, cuando en el Parque hay 65 empresas. 

-¿Quiénes están? 

-Damián Merino de Plyrap, está Ignacio Videla de Corven, está Juanma de Carignano, está Franco Beroli de Caniflex. No me quiero olvidar de ninguno. Martín Piedrabuena de Gabotti una empresa que se dedica a la construcción. Yo creo que el país está viviendo una crisis institucional muy fuerte y creo que socialmente tenemos que empezar a ocupar los espacios nosotros, dejar de quejarnos y empezar a tomar el protagonismo nosotros. Porque es muy fácil decir tal dirigente gremial no hace nada y hace todo para su molino. Cuando te cruzas de la vereda y ves todo lo que trabajó tal vez ese dirigente, empieza a cambiar un poco la visión. Y cada espacio que gente buena y laburante no toma, a veces lo puede tomar un oportunista. Entonces depende de nosotros evitar que esos lugares estén ocupados por gente que no es honesta.

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