La inclusión de las mujeres en los puestos gerenciales sigue siendo una asignatura pendiente

El 67% de los trabajadores argentinos tiene un jefe varón a pesar de los esfuerzos de las empresas por alcanzar la igualdad de género

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En Argentina el 67% de los trabajadores tiene un jefe varón, a pesar de que los encuestados afirman que el 48% de sus empleadores cuenta con políticas de equidad de género. Los datos son arrojados por la consultora Randstad, como resultado de su última encuesta realizada de manera online a 633 personas. 

Del informe surge que al indagar sobre las oportunidades de crecimiento profesional de las mujeres y la equidad de género el ámbito laboral, aún un gran 37% cree que los hombres son favorecidos por sobre las mujeres para acceder a posiciones gerenciales cuando hay dos candidatos con igual calificación, mientras que el 23% afirma no saberlo a ciencia cierta. En el extremo opuesto, el 40% de los consultados considera que tanto hombres como mujeres son tratados de igual manera ante la oportunidad de acceso a un puesto gerencial en el caso de contar con la misma preparación y formación.

Sobre estos resultados, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, afirmó: “La problemática de la inclusión de las mujeres en los puestos superiores del organigrama de las empresas es una asignatura pendiente no sólo en Argentina. Si bien en los últimos años se han logrado grandes avances, y día a día son más las organizaciones que se esfuerzan por incluir políticas de diversidad, equidad e inclusión, los factores sociales y culturales vinculados a la inequitativa distribución de los roles de cuidado familiar siguen incidiendo negativamente en el desarrollo profesional de las mujeres”.

Por otra parte, si bien la gran mayoría de los hombres y mujeres encuestados en Argentina indica que sus empleadores tienen políticas de equidad, la realidad indica que todavía existe un marcado sesgo en favor de los hombres. En este sentido, el 70% de los trabajadores argentinos considera que hombres y mujeres son tratados equitativamente en la organización en la que trabajan y el 68% cree que su empleador paga salarios equitativos a hombres y mujeres en igual posición.

Los persistentes mandatos culturales que asignan roles diferentes a hombres y mujeres en relación al cuidado familiar y del hogar, junto con el efecto de invisibilización de la problemática que implica la falta de indicadores vinculados a la equidad de género en muchas organizaciones contribuyen a generar una percepción alejada de la real situación de desventaja que sigue afectando a las mujeres en todo el mundo.

Las preferencias de los trabajadores

El estudio de Randstad también avanza sobre la percepción que tienen los propios trabajadores respecto a la diversidad y el valor que aportan en las organizaciones. En este sentido, un importante 48% indicó que prefiere trabajar en un equipo en el que se exprese la diversidad de género, mientras otro 48% afirmó que le da igual, sembrando la duda de cuán arraigado está el cambio cultural al interior de las empresas y de la sociedad en su totalidad con respecto a esta problemática.

Por otra parte, se indaga puntualmente a los participantes si preferirían tener un jefe hombre o mujer y se da una situación muy similar. Una abrumadora mayoría (90%) respondió que le resulta indistinto tener un jefe hombre o mujer, mientras que un pequeño 6% afirmó que preferiría tener un jefe hombre y tan solo un 4% preferiría tener una jefa mujer.

“La persistente falta de equidad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral responde a múltiples causas y factores. Cada año en marzo, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos pone frente a frente con los indicadores que nos interpelan y nos dicen que se necesita acelerar el ritmo de cambio para que hombres y mujeres estén realmente en pie de igualdad, principalmente en materia de salarios y oportunidades de acceso a posiciones de decisión”, comentó Andrea Ávila.

 “Muchas compañías, -grandes, medianas y chicas-, desconocen hoy su situación real y concreta en relación a cuestiones de género. Suponen que están siendo equitativos y descubren, cuando se miden, que están lejos de cumplir parámetros aceptables en relación a igualdad de oportunidades, salarios y no discriminación y acceso igualitario a posiciones de decisión, por eso creo que el sano ejercicio de recopilar e informar indicadores de diversidad, equidad e inclusión como mecanismo de gestión lleva indefectiblemente a las organizaciones a tomar acción para mejorar esos indicadores”, concluyó.

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