En un escenario económico donde las buenas noticias a veces parecen llegar con cuentagotas, una empresa de ingeniería rosarina acaba de anotar un gol de media cancha. AFG Ingeniería, comandada por Gabriel Fernández, se adjudicó la responsabilidad de modernizar una parte clave de la planta de Volkswagen en Pacheco. Pero lo que podría ser el logro principal de cualquier compañía, para ellos es solo una cara de la moneda. La otra, quizás más disruptiva, es su apuesta por diseñar y construir la logística del mañana, incluyendo el que será el primer supermercado inteligente del país.
La noticia del acuerdo con la automotriz alemana no es menor. Se trata de una señal de confianza potentísima en la capacidad técnica local, justo cuando el sector automotriz navega aguas turbulentas entre la caída del consumo y la amenaza importadora. AFG tendrá a su cargo la actualización de líneas de ensamblado y la automatización de operaciones críticas, adaptando la planta para la producción de una nueva generación de vehículos. "Esto es más que un contrato. Rosario se posiciona como un centro industrial capaz de exportar tecnología y liderar la transformación de las automotrices", resaltó Fernández.
Sin embargo, aquí es donde la historia se pone realmente interesante para cualquier empresario o emprendedor de la región. Lejos de poner todas las fichas en un solo sector, AFG está aplicando una de las lecciones más valiosas del manual de gestión empresarial: la diversificación estratégica como escudo anticrisis.
El arte de "no quedarse quieto": una lección de gestión
¿Qué hace una empresa cuando su principal mercado, como el automotriz, muestra signos de inestabilidad? La respuesta de AFG es un caso de estudio. En lugar de esperar a que la tormenta pase, salieron a buscar nuevos horizontes. Gabriel Fernández lo resume con una simpleza contundente: "hay que transformarse permanentemente".
Pensemos en esto como la estrategia de un productor agropecuario. Si solo siembra soja y una sequía arrasa con la cosecha, el año está perdido. Pero si además tiene maíz y algo de ganadería, su riesgo se diluye. Lo que AFG está haciendo es el equivalente industrial. Mientras con una mano ejecutan un proyecto de alta ingeniería para un gigante mundial, con la otra construyen los cimientos de su futuro en un sector en plena ebullición: la logística 4.0.
Esta "doble militancia" no es casualidad, es diseño. Implica tener una visión que va más allá de la coyuntura y la capacidad de gestionar equipos y proyectos en paralelo. Para el empresario local, el aprendizaje es claro: la especialización es clave para la excelencia, pero la diversificación inteligente es fundamental para la supervivencia y el crecimiento a largo plazo. No se trata de "hacer de todo un poco", sino de identificar mercados adyacentes donde el know-how propio pueda generar un valor diferencial.
Del freezer más grande al súper del futuro
La apuesta de AFG por la logística es tan concreta como ambiciosa. Están desarrollando cuatro grandes almacenes, entre los que se encuentran el segundo freezer y la segunda heladera más grandes del país. Proyectos de esta escala demuestran una lectura precisa de las necesidades de la economía, donde la cadena de frío y el almacenamiento eficiente son cada vez más críticos.
Pero el proyecto que genera más sorpresa es el diseño del "primer supermercado inteligente de Argentina". Si bien los detalles son reservados, este concepto suele implicar una revolución en la experiencia de compra: desde sistemas de pago sin cajas y carritos que siguen al cliente, hasta la gestión robotizada del stock en tiempo real y la optimización de la logística interna para reducir costos y mermas.
Para Rosario y su región, que una empresa local esté liderando esta iniciativa es un llamado de atención. Demuestra que no hace falta estar en Silicon Valley para pensar y ejecutar proyectos de vanguardia. La capacidad técnica y la visión empresarial para hacerlo están acá, a la vuelta de la esquina.
El mensaje final es potente: en tiempos de incertidumbre, la mejor defensa no es el repliegue, sino un ataque bien planificado en múltiples frentes. La audacia para invertir, la cintura para adaptarse y la visión para anticipar las próximas tendencias son las herramientas que, como demuestra AFG, permiten no solo navegar la coyuntura, sino también marcar la cancha del futuro.

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