Miércoles 24 de agosto, encuentro de startups santafesinas y chilenas para explorar posibilidades de internacionalización y negocios conjuntos. Viernes 26 de agosto, visita de Ariel Sujarchuk, flamante Secretario de Economía del Conocimiento de la Nación, a quien se le presentó Uovotek, la incubadora de proyectos de ciencias de la vida de Terragene, el semillero de startups Indear, la empresa de diagnóstico genómico para medicina de precisión Héritas y la firma que reconvierte residuos industriales en productos de alto valor agregado Inmet. Jueves 1° de septiembre, se inaugura el Centro de Biología Estructural del Mercosur (Cebem), que reúne a científicos del Mercosur que trabajan en biotecnología, nanotecnología, alimentación y ambiente, y que es liderado por la rosarina María Natalia Lisa.

Se trata de tan sólo tres de los hechos más relevantes que ocurrieron en materia de ciencia y tecnología en Rosario en la última semana y que dan cuenta de un cambio sustancial: ya no se trata de proyectos futuros vinculados a la economía del conocimiento sino de una realidad. Durante los últimos años actores públicos y privados de la ciudad y la provincia sentaron las bases con infraestructura, capacitación e instrumentos de financiamiento. Claro que todo es mejorable, pero el desafío ahora pasa por dar el salto definitivo. “Queremos constituirnos en el hub del conocimiento”, aseveró Marina Baima, secretaria de Ciencia y Tecnología de Santa Fe, en una entrevista con Ecos365.

- Desde hace tiempo Santa Fe viene trabajando fuerte en ciencia y tecnología. ¿Por dónde pasan ahora los desafíos para lo que resta del año y pensando en 2023?

- Así es. Recibimos muchos embajadores, realizamos misiones comerciales, entendimos cómo funciona el ecosistema de startups, constituimos el Consejo de la Economía del Conocimiento, reforzamos instrumentos de financiamiento y ahora queremos posicionar a la provincia como líder en conocimiento y oportunidades a nivel regional y mundial. La agenda pasa por constituirnos en el hub del conocimiento. Para eso estamos desarrollando herramientas para comunicar y ofrecer servicios tecnológicos basados en ciencia con los cuales posicionarnos sobre todo en dos frentes que nos interesan: ciencias de la vida, a través de incentivos del SF500, la Agencia Santafesina Santa Fe Global, y el registro de Economía del Conocimiento. Y por otro lado, ofrecer servicios para la transformación digital. Ahí la agenda está pensada en formalizar, constituir e institucionalizar un vehículo público-privado con estos hubs.

- ¿Cómo van a llevar esto adelante?

- Estamos pensando hace tres meses junto a consejeros de la economía del conocimiento, trabajando en packs de herramientas y los resultados ya se ven. La importancia y la transformación que pueden dar la cooperación en ciencia y tecnología se traduce en acuerdos que estamos armando, y que hay que potenciar. La firma de acuerdos se traduce en proyectos concretos que traemos.

- ¿Complica estos planes la compleja coyuntura, con dólar volátil y cierre de importaciones?

- El sacudón macro movió un poco lo que estábamos pensando, pero a su vez es una oportunidad, porque en conocimiento debemos ser globales, competitivos y aun más resilientes a todo lo que pasa. Es un contexto que moviliza ciertas cuestiones y uno piensa en cómo generar valor. Creemos que incorporar conocimiento es clave, fomentar la integración de cadenas de valor y de productos biotecnológicos también. Esto depende en buena parte de la creatividad y eso no se lo lleva el movimiento del dólar. La creatividad y estas cuestiones genuinas las tenemos, también las plataformas y profesionales para producir conocimiento santanfesino.

- ¿Qué es lo que está faltando para dar el salto definitivo y consolidar a la provincia en la materia?

- Seguir ejercitando el músculo que une lo público y lo privado, vinculado empresas maduras, consolidadas con pymes y con el mundo científico. Somos la tercera provincia en materia de conocimiento, pero necesitamos ejercitar el diálogo para que eso se traduzca en un aporte de valor, y uno de los desafíos es articularnos, entendernos mejor y pensar. Creernos que podemos generar conocimiento y valor agregado a partir de lo que estamos haciendo hoy.